Sobredosis musical de cine mexicano

Por Miguel Nuñez* 

En México todavía existe un estigma contra el cine nacional. Los argumentos son múltiples y se contradicen unos con otros: “que si es de mala calidad”, “que si se hace para ganar premios en festivales” o “que si le quiere copiar a Hollywood”.

Y aunque muchas veces sea poco valorado por sus espectadores, la realidad es que todas esas películas con el paso de los años van formando parte de nuestra identidad y de nuestro imaginario colectivo. 

Estos son algunos de los tantos pensamientos que me llegaron a la mente después de presenciar un concierto titulado “Noche de Cine” con la Filarmónica de Los Angeles dirigida por Gustavo Dudamel. 

Su selección musical abarcó los más de 100 años de historia del cine nacional y era tan variada que iba desde las Coplas de Pedro Infante y Jorge Negrete en “Dos Tipos de Cuidado”, pasando por Santo en el Museo de Cera y rematando con clásicos contemporáneos como “El Laberinto del Fauno”. Todo esto mientras una pantalla grande flotaba sobre la orquesta proyectando fragmentos de estas películas emblemáticas.

Fue un gran acierto que el concierto comenzara con Suite México 1910, del compositor Manuel Esperón, pues esta canción es un popurrí de corridos de la revolución como “La Adelita”, canciones rancheras como “Viva México” y concluye con un guiño al Himno Nacional. 

Al mismo tiempo se proyectó un vertiginoso montaje de 80 películas que evocaron la diversidad temática y estética de nuestro cine.

Se mezcló el personaje de El Jaibo de Los Olvidados con el rostro de María Félix, las películas de Pedro Armendáriz con “El Topo de Jodorowsky”, “Sólo con tu Pareja” de Cuarón y la comedia de Joaquín Pardavé con el cine del director Carlos Reygadas.

Valorar los sonidos e imagénes 
Al presenciar ese montaje de diez minutos fue como si la historia del cine mexicano se develara ante nuestros ojos. No me considero nacionalista, pero sin duda ese cúmulo de imágenes me llenaron de orgullo. De igual manera el anfitrión del evento, el actor Demián Bichir, se notaba francamente conmovido. Y los vítores entre el público gritando ¡Viva México!

Los curadores de la selección musical fueron Daniela Michel, directora del Festival Internacional de Cine de Morelia, y el cineasta Alejandro González Iñárritu. Por lo que era casi imperante que se presentara una pieza musical de la película Amores Perros. Dicha banda sonora no cuenta con gran orquestación y se sostiene con una guitarra eléctrica cargada de melancolía. Fue así como sus acordes se fueron apoderando del recinto y dieron paso a la canción “Aviéntame”, original de Café Tacvba para el disco tributo de Amores Perros. 

En esta ocasión fue magistralmente interpretada por La Marisoul, vocalista de la agrupación La Santa Cecilia, acompañada de la filarmónica.  

Hacia el final de la noche, Cantinflas le arrancó carcajadas al público al proyectarse una escena de “El Bolero de Raquel”, mientras la orquesta tocaba el clásico “Bolero de Ravel”. Aunque debo admitir que mi mayor asombro se dio cuando Tin-Tan iluminó la pantalla interpretando el chachachá “Óyeme Mamá” de su película El Vividor. Su presencia escénica y simpatía histriónica es algo que pocas veces he visto en la pantalla grande.

Esta sobredosis musical de Cine Mexicano me estimuló todos los sentidos y me incitó a valorar sus imágenes, sus sonidos, sus realizadores y sus intérpretes.  Como quisiera que cada espectador tuviera la oportunidad de vivir una noche así y reencontrarse con el cine mexicano de todos los tiempos.

*Cineasta de Mexicali, director de la película Levantamuertos.