Las meninas

domingo, 19 de febrero de 2017 · 00:00
Por José Carrillo Cedillo

Corría el año de 1656 cuando Diego de Silva Velázquez que era el pintor de la corte en España, pintó, en Madrid, según la crítica, el mejor cuadro de la pintura occidental: La familia del rey Felipe IV o  Las Meninas, como se le conoce. 

El rey tenía para entonces 51 años y estaba enfermo, había arruinado a España, política y económicamente, la corte no tenía dinero y no había leña para calentarse en invierno. 

Los Austrias ocupaban el trono desde hacía cinco generaciones y se habían casado siempre entre ellos y la degradación se manifestaba claramente en la enfermiza abulia que aquejaba al rey, lo que no le impedía tener numerosas amantes; se le han atribuido 32 hijos fuera de su matrimonio con Mariana de Austria.

Diego Velázquez nació en Sevilla en 1599 y es incuestionablemente uno de los mejores pintores de la escuela española. Era protegido del rey Felipe IV, era un genio desbordante de capacidades, un hombre cuya rectitud, inteligencia y cortesía le valieron esta condición y al que parece no le afectó el tráfago de la corte, lo que lo hace parecido a Rubens. 

La esencia de la pintura 
Diego pasó dos temporadas en Italia que le fueron muy provechosas profesionalmente. Había aprendido el gran estilo y su dibujo se hizo más suelto y su mirada más penetrante. 

En Las Meninas, cuadro de gran tamaño (318 x 276 centímetros), aparecen en el centro del gran estudio, la princesa Margarita, para entonces hija única, dos meninas (nanas) una enana, un enano, dos personas de la servidumbre  que dan la impresión de que acaban de ingresar.

La luz que entra por una ventana ilumina el rostro de la princesa y su rubio cabello. Ella tenía cinco años y tiene en su mano derecha un jarrón sin mirarlo, y desatiende a la menina, algo inusual a su edad  y que denotan actitudes de una educación dirigida al autocontrol y la conciencia de clase.

También está el maestro Velázquez en plena faena de pintar un cuadro de grandes dimensiones y no vemos lo que pinta,  probablemente a los reyes,  además aparece un perro que dormita y que muestra que es por la mañana cuando  todo esto sucede. 

En las paredes del taller cuelgan cuadros y al fondo hay una puerta y un hombre que ingresa, su trabajo era adelantarse a los monarcas e ir abriendo las puertas por donde iban a pasar, también  está un espejo donde se reflejan los reyes, quienes parecen observar la escena, todos miran hacia afuera del cuadro, menos el enano ocupado en darle una patada al perro. 

La mirada de la niña como la de  las demás personas, tiene mucha importancia para la pareja real la que podría estar sentada frente al cuadro. 

Margarita les demuestra hasta qué punto está ya preparada para asistir a las representaciones de palacio. Seguramente ya debe saber que una reina de España no debe reír en público, como los educaban.  

Se quebranta un lazo 
Las meninas, damas de compañía situadas a ambos lados de la infanta, no son de familias pobres, provenían de familias aristocráticas del país, la de la izquierda no se arrodilla en un gesto de cariño sino para cumplir un precepto, sólo de rodillas se podía ofrecer algo a un miembro de la familia real y eran pocos los que gozaban de ese privilegio. 

Es probable que el propósito de la menina de la derecha ligeramente inclinada en señal de reverencia sea el de transportar el jarrón que tiene la princesa en su mano, ya que siempre hacían falta varias manos. 

Cuando la reina comía, la camarera entregaba la comida a una dama de honor, esta se la pasaba a una dama de palacio, quien la cedía a su asistente, esta la servía a la reina con una rodilla en el suelo. 

En ninguna corte europea de esa época hacían las cosas con tanta pompa. El formalismo y Felipe terminaron con el imperio. 

La relación de Velázquez con Felipe IV terminó mal, después de darle varias ocupaciones que lo alejaban de la pintura, el maestro, lo demandó con el pago de un año de sueldo que importaba 60 mil reales.
 
Pintor con más de dos décadas de trayectoria”. 
jcarrillocedillo@hotmail.com

...

Comentarios