El valor del profesional en las artes

Una comunidad merece artistas con una formación adecuada, preparación continua pero, sobre todo, que ellos sean remunerados
domingo, 5 de febrero de 2017 · 00:00
Por Minerva Muñoz

Así como Shakira, Chayanne o el clan Kardashian no son artistas sino personajes públicos del momento, pertenecer a una clase de dibujo, guitarra o asistir a una clase de danza dos veces por semana no nos hace artistas, pero sí mejores personas.
En contribuciones anteriores he hablado sobre las ventajas y beneficios de practicar una disciplina artística, de la apreciación y disfrute del arte, por ello retomaré algunas de estas representaciones. 
El arte nos identifica como seres humanos. Es una forma de concebir el mundo que nos rodea, conocernos a nosotros mismos, explorar e, incluso, crear nuevos mundos. 
Ofrece estímulos sensoriales, provoca nuestros sentidos con formas, colores, texturas sonidos o movimiento. 
Amplía nuestra percepción, abre nuevos caminos a la mente, los sentidos y al espíritu. Expande nuestra "visión”, permitiendo apreciar otros aspectos de las situaciones, desde diversas y múltiples perspectivas. 
Despierta la empatía en nosotros al tener en cuenta los puntos de vista de los otros; nos invita a estar pendientes de lo que acontece a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos. 
La apreciación y ejecución de las artes, propicia el pensamiento divergente, a pensar de formas diferentes y a encontrar solución a los problemas de manera creativa. 
Estudiar artes es la base para desarrollar habilidades y destrezas, conocer y practicar técnicas tradicionales o novedosas. 
Ofrece un panorama general de las disciplinas, dando referentes y antecedentes que nos permiten conocer qué han hecho otros en el pasado y qué se hace en el presente en el ámbito artístico.

La participación social 
El apreciar o practicar alguna disciplina artística nos acerca a ellas. Conocer sobre el quehacer artístico nos convierte en un público más receptivo, susceptible y exigente con los productos artísticos –sean obras de teatro, conciertos, piezas de danza, obra plástica o visual y demás ofertas artísticas–, promoviendo, más que ser espectador, ser parte activa de la obra de arte.
Un estudiante de Artes puede ver el espectro de áreas donde se desenvuelve un profesional de cualquier expresión (panorama útil para un estudiante, quien posteriormente puede especializarse y profesionalizarse en alguna de estas áreas).
Un profesional del arte es el que observa, se prepara, investiga, crea, ejecuta, reflexiona, está al margen de los acontecimientos de su entorno y de sus procesos personales, trabaja con conocimiento y compromiso de forma disciplinada y profesional.
Nos preguntaremos entonces ¿todos debemos estudiar arte? ¿que hay de estudiar arte como una profesión? ¿cual es su práctica profesional?
No todos tenemos que ser profesionales en el arte, pero sí le vendría bien a nuestra sociedad que más personas participaran en eventos artísticos y practicaran alguna disciplina artística por las razones anteriormente expuestas. 
Además, si se lleva a cabo una etapa formativa, la participación en actividades artísticas y su práctica constituyen parte de una preparación integral del estudiante o la persona que la practique.

Necesidad de un arduo trabajo 
Estudiar una licenciatura relacionada con el arte, dígase Artes Plásticas, Artes Visuales, Música, Artes Escénicas –ya sea teatro o danza– y Gestión Cultural, se asemeja a estudiar cualquier carrera, es decir, cualquiera puede estudiar artes, empero, el estudiar artes no es para todos. 
Como no cualquiera es abogado o médico, el estudiante de artes debe tener cierta disposición natural, esto es, inclinaciones hacia la disciplina, gusto por ella, voluntad, determinadas condiciones, ciertas aptitudes, habilidades y recursos económicos. En diferentes palabras: tener una vocación para ello. 
Por poner un ejemplo, una persona que desea estudiar una Licenciatura en Música debe tener estudios musicales previos al ingreso universitario, un postulante a una Licenciatura en Danza, debe tener determinada edad, ciertas características antropométricas y condiciones músculo–esqueléticas.
Pero, además de las condiciones naturales físicas y el talento que una persona pueda demostrar, ésta debe tener cuerpo, mente y espíritu inquebrantable, ya que para ello hay que estar preparado para el trabajo físico extenuante, exigencias técnicas, largas jornadas de estudio, pero sobre todo para la disciplina, compromiso y determinación que esto exige.
Aun con todo lo anterior, estudiar una licenciatura artística no asegura que el egresado será un gran artista. Para ello se requiere de un arduo trabajo.

No es sólo un pasatiempo 
Las dificultades a las que se enfrenta el egresado de una carrera artística no son un caso nuevo, no obstante, en la actualidad existe el obstáculo de insertarse en el campo laboral. 
Hay una tremenda deficiencia de oportunidades laborales. Si a esto agregamos que el trabajo del artista no es considerado –por muchos– como un trabajo profesional, el egresado de una carrera artística tiene un camino más difícil todavía. 
El  quehacer del artista y profesional del arte tiene valor y debe ser remunerado. Dedicarse al ámbito artístico también es una forma de ganarse la vida, no sólo es un pasatiempo.
En la comunidad se necesita de científicos, médicos, administradores, maestros y electricistas, pero también urgen profesionales en los diversos ámbitos relacionados a las artes.
Lo que significa que se requiere de artistas, curadores, docentes, gestores, críticos, historiadores, técnicos, profesionales en producción, relaciones públicas, administración, agentes, publicistas,  reporteros, especialistas en el sector artístico y cultural.
Quienes emanen abundancia en su trabajo, que demuestren profesionalismo, ética y compromiso, pero  para ello se requiere una formación adecuada, preparación continua pero, sobre todo, se requiere de remuneración.

"Él despierta la imaginación y la intuición. Al ser un medio de transmisión de ideas, la práctica artística contribuye a expresarnos más abiertamente, a manifestarnos, a exteriorizar emociones, sentimientos y pensamientos”.

Bailarina y maestra en Ciencias Físicas y Artes.

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