La armonía de las esferas

Quemadura perpetua

domingo, 5 de marzo de 2017 · 00:00
Por Rod Moro

En la historia de la humanidad siempre han existido personas extraordinarias, personas que salen de la regla común, hacen actividades que nadie más había hecho anteriormente o toman algo que existe y le agregan un sello propio. 
Un personaje extraordinario dentro de la música (rock, concretamente) y que con una historia fuerte y complicada ha logrado inspirar a miles de personas. Él es Jason Becker.

Nació el 22 de julio de 1969 en Richmond California. Su padre y su tío eran guitarristas, razón por la cual comenzó dese muy pequeño a tocar la guitarra de forma autodidacta; tocaba temas de Bob Dylan, Eric Clapton o Jeff Beck. 
Pero no mucho después comenzó a mostrar interés por la música clásica y, al mismo tiempo, que rasgaba esos clásicos del rock empezó a sacar piezas de Bach, Stravinsky y más compositores de clásicos.
Con ello elaboró sus frases y estilo propio que encajó perfectamente en lo que sería unos años después el llamado "metal neoclásico”.

Entre la fama y dolor
A los 19 sacó a la luz su primer disco con la banda "Cacophony”, con otro guitarrista llamado Marti Friedman en el año de 1987. 
Con esta agrupación se comenzó a dar a conocer y grabó un total de dos discos de los cuales la crítica mundial reconoció su talento, el uso de técnicas innovadoras en la guitarra eléctrica y se rindió ante su obvio virtuosismo.
Un año después publicó su primer disco solista "Perpetual burn” (Quemadura perpetua), en el que hace uso de todo lo aprendido en los dos discos anteriores y se nota una clara influencia de la música clásica del periodo barroco.
Ese mismo año entró a la banda de David Lee Roth (cantante de Van Halen) para sustituir a otro gran virtuoso de la guitarra llamado Steve Vai.
Es en ese entonces que la agrupación del joven Jason Becker alcanzó la fama mundial, como la de una estrella de rock, lo cual les permitió hacer una gran gira.
Pero no todo fue triunfo ya que algo extraño comenzó a pasar en Jason, puesto que sentía dolor en el cuerpo y le costaba más trabajo tocar.  
Por desgracia el diagnóstico fue esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad que consiste en destruir el sistema nervioso hasta que la persona no pueda moverse más.
Este padecimiento elimina las células encargadas del movimiento de los músculos en todo el cuerpo, por lo que Becker comenzó entonces una dura contienda para mantenerse con vida. 

Persona que inspira 
Posterior a la determinación médica, le dieron de tres a cinco años de vida cuando mucho. Un diagnóstico devastador para cualquier persona, pero para un músico de ese nivel debe ser peor.
Con el tiempo perdió movilidad en todo su cuerpo. Al principio caminó con un bastón, después se transportó en silla de ruedas, pero el ímpetu no lo perdió, pues siguió tocando y componiendo, pero esta vez con la ayuda de un teclado porque ya fue imposible para él sostener una guitarra.
Con el tiempo la enfermedad avanzó al grado de hacerlo perder el habla.
Cuando todo parecía perdido, se dieron cuenta que Jason podía mover los ojos y entonces su padre le diseñó un sistema y un software para que el virtuoso siguiera su andar musical, mismo que aún podemos apreciar. 
Jason es un ser que ha demostrado que los límites están en la mente y no en el cuerpo, ya que hasta el día de hoy continua en el proceso de creación de música con una esencia bastante compleja. 
Si desean saber más de él y su historia les recomiendo visitar su página www.jasonbeckerguitar.com  Ahí está todo sobre él: su trabajo, documentales e historia. 
Sin duda alguna es una persona única que inspira al mundo.

Comunicólogo e integrante de la banda Noysi Monkey.

@Rod_Moro

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