La culpa es de los ojos

La adicción de la lectura

domingo, 2 de julio de 2017 · 00:00
Por Gerardo Ortega*

Así como un adicto busca compartir su máximo placer y quizá inducir a otros a su fuente de felicidad, hay otros pocos incurables que con placeres igual de hedonistas padecen un vicio del que no buscan recuperarse nunca. Me refiero a los adictos a la lectura que no sólo hablan sobre lo que leen, sino que además reflexionan por escrito sobre su dudosa costumbre.

Bajo la luz de una estrella muerta es un libro de ensayos escrito por Daniel Salinas Basave en el que combina la curiosidad por el misterioso acto de leer con su experiencia lectora. Del mismo modo que sólo el lenguaje puede ser herramienta para hablar de sí mismo, este volumen es también un libro que habla de libros, pero no el sentido académico, que de eso no tiene nada, sino para mostrar sin proponérselo que el objeto libro es un artículo inmerso en las aguas de la historia.

En lo particular, el ensayo que más disfruté fue "Un impreso que no sabía leer y una serpiente oculta bajo la imprenta”, donde se relata la llegada de la primera imprenta en 1539 a tierras novohispanas. El impresor al que hace referencia el título es Juan Pablos Bresca, quien a pesar de no saber leer, fue el encargado del taller que durante los primeros años sólo produjo libros eclesiásticos.

Testimonio amueblado de lecturas

Las reflexiones de Daniel Salinas echan raíz en la actualidad al, por ejemplo, analizar el gusto por los videojuegos entre los jóvenes y preguntarse, datos en mano, cuál es el resultado de la pugna ente consola y libro. "El videojuego no sustituye a la literatura, pero sí arrebata potenciales lectores”, afirma.

Lejos del lenguaje académico y cerca de del testimonio amueblado de lecturas, el libro reúne 18 breves reflexiones sobre el acto de leer y la lectura. Una de las principales cualidades de esta obra es la reflexión actualizada enlazando temas propios de la relación escritura-lector, como asuntos con la navegación de la lectura frente a las teleseries, los videojuegos y los youtubers.

El autor saca a Borges, a Cervantes y a Paul Auster a pasear, los sienta en una mecedora y los sitúa en su contexto. Su familiaridad con autores clásicos y contemporáneos en lugar de distanciarnos, nos acerca más al mundo de la literatura. En el libro, que sigue la línea de su Réquiem por Gutemberg, el autor reflexiona sobre el futuro de la letra impresa, sobre el primer y el último lector de una obra y sobre la supuesta muerte de la novela. Vamos, toca hasta el tráfico de libros —a propósito de adicciones— que durante un tiempo padeció la Nueva España. "En 1790 había más de siete mil 400 títulos en el Índice de libros prohibidos.  

Cabe mencionar que Bajo la luz de una estrella muerta obtuvo el Premio Internacional de Ensayo Sor Juana Inés de la Cruz 2015, con lo que el autor suma ya media docena de premios en un lapso de año y medio de trabajo escritural.

Si este libro se llevara en algún programa académico, bien cabría en la materia de "Sociología de la lectura”. Sin embargo, gracias a su lenguaje y a la habilidad con la que el autor se acerca al lector —a menudo usa la primera persona—, bien podría pasar por un libro de divulgación para que las próximas generaciones "le den el golpe al libro” y se vuelvan, si no adictas, al menos sean lectores sociales. Por puro placer, claro.

*El autor es editor de sueños
yadivia@hotmail.com

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