Gatuperio

Hecho en San Garabato

domingo, 13 de agosto de 2017 · 00:00
Por Gerardo Sánchez García*

"San Garabato -tierra de machos, borrachos y comprachos- es un pueblo rabón, igual que muchos otros pueblos de México en el número de machos y borrachos que lo habitan…

San Garabato, sin embargo, ha superado a otros pueblos, pues los machos machos se fueron del pueblo, unos de braceros y otros de mariachis, por falta de algo que comer… y se quedaron sólo los muy machos: ¡los supermachos!…”

Estos son los párrafos iniciales en 1965 del primer número de Los Supermachos, historieta que se convertiría en un clásico de ese género y en un parteaguas del periodismo político en el país.

Eduardo del Río (1934-2017), en ese entonces un caricaturista político y de humor blanco que destacaba ya en diversas publicaciones, revolucionó el comic mexicano al mezclar con sencillez y amenidad la crítica política con el humor, la sátira y contenidos didácticos, características que marcarían el estilo de los más de cien libros que posteriormente publicaría Rius.

Los personajes y su supresión 
En Los Supermachos, Rius logra reflejar al México de los años sesenta con sus vicios políticos y sociales muchos de los cuáles medio siglo después aún perduran.

Figuras como Don Perpetuo del Rosal -un político priista que parece cacique o un cacique que parece político priista-, Emerenciana La Bigotona -la beata, ignorante, reaccionaria y mocha-, Chon y Gedeón Prieto -el haragán, pillo simpático y vividor y el burócrata dócil y ácritico, respectivamente-, Don Lucas Estornino -boticario y científico-, Don Plutarco Iturbide -el rico del pueblo-, El Lechuzo y Arsenio -policías corruptos e ineficientes- y con sus otros personajes Eduardo del Río caracteriza a una sociedad que no ha cambiado mucho hasta la fecha.

Figura estelar de ese microuniverso mexicano es Juan Calzonzin, un indígena inteligente, astuto, marullero y crítico. Reflejo de la inconformidad política, social y cultural.

Los Supermachos se convirtió en un triunfo editorial y comercial inesperado, con tirajes que llegaban hasta los 250 mil ejemplares, con una apertura y contenidos que la prensa, radio y televisión oficial y oficiosa de ese tiempo no permitían, ni transmitían.

Tan exitosa situación generó la censura gubernamental y la ambición de Octavio Colmenares, propietario de la Editorial Meridiano, la cual publicaba Los Supermachos.

Según relato de Rius empezaron a censurarle diálogos, realizar supresión de algunos nombres e incluso de páginas completas, hasta que finalmente fue despojado en forma abusiva y tramposa del nombre de la historieta y de los personajes, lo que dio origen a Los Agachados, publicada por editorial Posada.

Sin embargo, la forma y estilo de Los Supermachos se repetiría con la variación de personajes y mayor libertad temática. Marcaría también el modelo de los libros publicados posteriormente por Rius.

Destacable entre todos ellos, el "best seller”, "La panza es primero”, con tirajes extraordinarios y que revolucionaría la concepción alimentaria de muchos mexicanos.

Un ideólogo importante 
Eduardo del Río, fue -sin exageración- un ideólogo importante de por lo menos tres generaciones de mexicanos, su visión política, sus críticas al sistema político, al clero, vegetarismo, pro-socialismo y sus otros istmos tuvieron gran influencia en miles de mexicanos.

Como caricaturista fue objeto constante de la censura y célebre es la anécdota de haber sido despedido del periódico La Prensa a punta de pistola por Manuel Buendía Tellezgirón.

Años después, relata Miguel Angel Granados Chapa en el libro "Buendía, el primer asesinato de la narcopolítica en México”, el columnista pidió disculpas a Rius y le dijo bromeando que lo había corrido debido a las presiones políticas y enojos que generaban sus cartones, pero que ahora los hermanaba a ambos el haber sido expulsados de La Prensa.

"Pues si paisano -respondió Rius- pero a ti te sacaron de ahí sin pistola”.

San Garabato está de luto, perdió a uno de sus habitantes más destacados, uno que se negó a irse de bracero o de mariachi y a renunciar a sus ideas y principios: un auténtico supermacho.

"San Garabato está de luto, perdió a uno de sus habitantes más destacados, uno que se negó a irse de bracero o de mariachi y a renunciar a sus ideas y principios”.

*Periodista con más de 30 años de trayectoria

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