GATUPERIO

METÁFORAS ELECTORALES

domingo, 15 de abril de 2018 · 00:00

Por Gerardo Sánchez García*

 

El veinte de febrero de este año Andrés Manuel López Obrador dijo en Villahermosa, Tabasco: “-ya no quiero usar la mafia del poder- quiero usar un término más suave, el grupo de corrupción. Ya no puedo decir mafia de poder, ya estoy suavizando mi lenguaje para no ofender”.

Pero, ¿qué significa cualquiera de los dos conceptos?. La mayoría de los mexicanos creemos entender a qué y a quiénes se refiere.

Sin embargo, pocos podríamos explicar que es un grupo de corrupción, cuántos están ahí o quiénes son -o a quienes excluir- los “mafiosos del poder” con nombres y apellidos específicos.

López Obrador utiliza dos elementos retóricos, la metáfora y la repetición, entendiendo esto último como la reiteración de ideas ya constantemente expuestas con conceptos sinónimos que le permiten darle al mismo discurso un nuevo tono y matiz.

En el caso de la metáfora se emplea en términos lingüísticos y literarios para sustituir un concepto por otro que actualiza y simplifica.

Patriotas de hojalata

Según señala mi tocayo José Sánchez García en su tesis doctoral “Estudio pragmático del discurso periodístico político español”, Granada, España, Universidad de Granada (2009): “el uso de la metáfora se debe a la necesidad de disminuir la dificultad de comprensión de los conceptos para la ciudadanía así como la necesidad de convencer de la veracidad de unas ideas en detrimento de las de la oposición”.

La metáfora en su uso retórico -entendiendo este concepto como el discurso que busca convencer o persuadir-, sintetiza, expresa una ideología y postura política con agudeza y precisión. Por ejemplo: “Los partidos pequeños caben en un taxi”.

Entender un proceso electoral como una guerra es una metáfora recurrente por parte de candidatos(as), partidos o ciudadanos, por ello el uso de expresiones que semejan una campaña a una o a múltiples batallas.

Ponerse en pie de guerra, Defender a sangre y fuego, Derrotar al enemigo, Vencer a los opositores, etcétera.

Incluso el término War room, cuarto de guerra, se ha generalizado en todos los equipos de los candidatos (as), convirtiendo -literal y en la práctica- en un cuartel el sitio estratégico de una campaña.

En España se han realizado varios estudios académicos sobre el uso de las metáforas en el discurso electoral y político, citaremos algunos ejemplos divertidos, singulares -cercanos a la poesía-, aunque por cuestión de espacio sin poder darles el contexto necesario para su mejor comprensión: Patriotas de hojalata, El Ronaldinho de las metáforas, Excusarse es una coartada.

El último ejemplo: “El ciudadano es un boxeador que sabe que lo están golpeando, más no entiende de donde vienen tanto golpes”.

Aunque se dijo en España, suena muy semejante a lo que se vive en nuestro país.

 

*Periodista con más de 30 años de trayectoria.

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