El buen escritor produce emociones

Por Andrea Torres*

Cuando los niños entran por primera vez a la escuela tienen la visión de distintos escenarios; diversas disciplinas, modismos y otros conocimientos de la escritura que han adquirido de forma social, al desenvolverse en ambientes que se apegan a la herencia cultural de sus familias.

Al reunirse con las enseñanzas de los maestros no se eliminan, se mezclan y en algún momento, el aprendizaje nuevo y el ya adquirido, podrían hacer caer a los pequeños en contradicciones. 

Está situación les da la posibilidad de crear, de imaginar escenarios probablemente inexistentes y es así como nacen las historias inéditas y comienzan a surgir los nuevos escritores.

El escritor debe ser un buen lector, debe tener la necesidad y el deseo de leer, de empaparse de otros autores que muestran estilos únicos y alimentan su vocabulario.

Se lee para aprender, para superar, para sobrellevar una situación dolorosa y se lee lo que se elige leer, quizá no en la época de niñez, cuando se comienza a formar el hábito pero sí cuando se elige adoptar el oficio de escribir.

Los consejos

Existe la lectura útil y la lectura de distracción. El escritor realiza sus lecturas muchas veces como apoyo en el tema que escribe, seleccionando temas similares y en otras ocasiones completamente distinto al tema, para no sentir la influencia de un autor sobre su estilo y desarrollo.

Recordando a Gabriel García Márquez y sus 16 consejos. Es interesante analizarlos uno a uno cuando el interés de escribir existe, no obstante, en este espacio señalaré solamente los primeros 5.

1. Una cosa es una historia larga y otra una historia alargada.

 ¿Te ha pasado como lector que reconoces cuando una historia acababa justo en una escena y al libro le quedan varias hojas más? Es más frecuente verlo en las novelas, sin embargo, considero que aunque una historia sea muy corta puede ser bastante buena, la cantidad de páginas puede clasificar el escrito pero nunca variar su calidad.

2. Un escritor puede escribir lo que le dé la gana siempre que sea capaz de hacerlo creer.

Al lector hay que ofrecerle un texto en la categoría que elija; una historia que considere real. Llevar una buena secuencia, crear realidades y personajes apegados a esa realidad creada. Por eso es difícil escribir novela, porque no es solamente saber escribir sino estudiar para poder situar los paisajes, los acontecimientos, la vestimenta de cada personaje a la época en la cual basa su historia.

3. No creo en el mito romántico que un escritor debe pasar hambre, debe estar jodido, para producir.

Se escribe vulnerable o no. El escritor es escritor independientemente de las condiciones físicas en las que pudiese encontrarse.

4. Es más fácil atrapar un conejo que un lector.

Este es el consejo más importante del maestro García Márquez. Cuando recibes un mensaje de un lector halagando o agradeciendo tu escrito, es fascinante. Entre el lector y tu no hay un contrato de fidelidad. El lector puede calificarte agresivamente si lo desea. Siempre debes estar agradecido con las personas que toman minutos, incluso horas de su tiempo en leerte. 

5. El final de un reportaje hay que escribirlo cuando vas por la mitad.

Cuando leí este consejo sinceramente me alegró su claridad, porque precisamente así es. El final es lo primero que se te viene a la mente y partes de ello para desarrollar el resto de la historia.

Existe un compromiso muy grande al escribir; cualquier persona pudiera hacerlo. Puedes comprar un servicio para que editen e impriman tu libro, pero hay una responsabilidad con uno mismo y con la cultura que debemos de respetar.

Si te vas a dedicar a escribir debes hacerlo bien, debes amar lo que trasmites y dedicarle tiempo a lo que haces, para el lector no sólo tenga un compilado de historias sino un viaje: un mundo nuevo, una visión hacia una realidad distinta que lo atrapará, le causará emociones y le dejará una enseñanza. Cuando logras dejar una parte de ti en tu lector aunque sólo sea uno, entonces eres un buen escritor.

*Escritora y editora.