¡Cuidado con el Virus del Papiloma Humano!

domingo, 6 de mayo de 2018 · 00:24

Por Rolando Ísita Tornell*

Los efectos más lamentables de la ausencia de una educación sexual a temprana edad, de los tabúes sociales sobre el sexo, son las enfermedades relacionadas con la sexualidad, que pueden ir desde infecciones bacterianas, micosis (hongos), hasta las amenazantes enfermedades causadas por virus, como el de la Inmunodeficiencia Humana y el del Papiloma Humano, entre otros.

Asimismo, la deficiente educación en cuanto a la equidad de género, malos usos y malas costumbres machistas inculcados desde casa por padres, madres, hermanos y parientes, terminan cebándose en la salud de las mujeres, sumada la ignorancia fomentada por los tabúes sobre la sexualidad.

Una de estas lacerantes afecciones que impactan en la salud de las mujeres son las enfermedades causadas por el Virus del Papiloma Humano, que es transmitido y adquirido por contacto sexual, con el agravante que los hombres suelen ser portadores asintomáticos y, con base a las detestables costumbres machistas de “cualquier hoyo es trinchera”, la carencia de una conciencia responsable e informada sobre las relaciones sexuales, diseminan el virus en los genitales de las mujeres pudiéndoles causar desde verrugas genitales, condilomas (crestas) hasta cáncer en el cuello del útero, en la vagina, la vulva y el ano.

Maquinarias genéticas invasoras y esclavistas

El reto que representan los virus para la ciencia es que se trata de maquinarias moleculares muy distintas de los seres vivos, como las células o los hongos; son una suerte de naves nanométricas con un fuselaje de proteínas y un ácido nucleico como tripulante (ribonucleico o desoxirribonucleico). Sería difícil decir que son “seres vivos”, no tienen forma de replicarse. El del Papiloma Humano (y otros virus) carecen de enzimas para replicar su ADN, así que utilizan la maquinaria de la célula a la que asaltan para que ésta sea la que reproduzca otros virus. Las células de los humanos tienen una proteína con un programa para disparar la muerte de la célula; el virus lo neutraliza, le impide morir y explota a la célula a producir virus hasta su agotamiento, ¡y a la que sigue!

Otra estrategia de estas máquinas genéticas, y reto para la ciencia, es que son capaces de camuflar su fuselaje (cápside) para engañar al enemigo y no lo detecte. La evolución ha dotado a los seres vivos de sistemas de defensa contra ataques de seres extraños, los humanos tenemos un sistema de defensa (inmunológico) muy bien organizado, capaz de detectar el ingreso de cuerpos extraños al organismo, echar a andar su sistema de alarma, localizar, atacar y destruir. A veces ese sistema se estropea y es capaz de atacar al organismo propio, como la artritis reumatoide, no distingue entre estructuras propias y extrañas, y desata inflamaciones contra tejidos propios por error, como las articulaciones, que son atacadas como si fueran extraños.

Lo que el organismo hace es detectar estructuras moleculares desconocidas, extrañas; una vez identificada esa estructura forajida diseña el ataque y su destrucción; pero los virus, como el del Papiloma (y otros), súbitamente cambian su diseño externo, o estrategias como el de la Inmunodeficiencia ¡que se deja atacar!, es su manera de entrar en las células de defensa y las esclaviza, utilizando la maquinaria genética de la célula para reproducir virus.

 

La mente humana, poderosa arma contra ataques de extraños

Los retos de la naturaleza, el azar y la necesidad, nos proveyó del magnífico y eficiente órgano del cerebro. La mente humana, crítica, científica (que todos poseemos pero no desarrollamos) ha sido muy creativa, preguntona, respondona y capaz de entender cómo funciona nuestro organismo, cómo funcionan las enfermedades, cómo funcionan los seres extraños que invaden al cuerpo que desatan la enfermedad y diseñar sustancias para ayudar a nuestro cuerpo a defenderse de invasiones extrañas y mitigar las dolencias aparejadas.

Gracias al sorprendente invento del microscopio, primero nos pusimos a encontrar errores y defectos en los tejidos de los telares, aguijones de abejas, estructuras de moho y dimos el salto a cazadores de microbios, protozoarios y bacterias. Por allá a finales del siglo diecinueve encontramos una nueva forma de agente infeccioso que no era hongo ni bacteria, y que ese agente sólo se multiplicaba en células vivas en división; es más, se pensaba que era “líquido” y por eso al principio se le llamó “germen viviente fluido” (del latín contagium vivum fluidum), finalmente quedó en “virus”.

 

De formas microscópicas a estructuras químicas

En sólo unas cuantas décadas hemos dejado atrás la forma de los organismos microscópicos, y pasamos a analizar y entender sus estructuras atómicas, reacciones químicas y sus interacciones con la química de nuestro organismo, con instrumentos no sólo microscopios ópticos sino más potentes como el electrónico y el de tunelaje; además, supercomputadoras y programas de cómputo.

Una joven investigadora, venezolana de origen, Lizt Osorio, se integró al Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la UNAM, en Ensenada, ella está empeñada en desmenuzar la estructura molecular del Virus del Papiloma Humano (VPH) para contribuir a su derrota. Su instrumento de investigación es un programa de cómputo y una supercomputadora.

Hay alrededor de 300 especies de VPH y cerca de 200 infectan al humano y es responsable del 90 por ciento de los cánceres cervicales. Hemos visto anteriormente que los virus modifican el fuselaje de la nave en la que se mueven, su “cápside”, sus modificaciones son moleculares que pueden ser en un gran número, hasta 104 mutaciones, además de las modificaciones que causa su interacción con las células que invaden.

Esta joven investigadora, deportista que practica el surf, ha corrido hasta 96 horas en la computadora las variables posibles de estas mutaciones y ha encontrado que, independientemente de las mutaciones, hay una estructura secundaria que se conserva, entre otras, una proteína E6, que también se conserva en los cambios de la célula. Ella sospecha que ahí está el flanco débil del virus para derrotarlo, pronto tendrá resultados (lo deseamos)

 

Vacunarse desde temprana edad

Más de 40 tipos de VPH infectan superficies mucosas del organismo humano, incluido el cuello uterino, la vagina, la vulva, el recto; la uretra y el pene en los hombres, y el ano en ambos sexos.

Tan sólo en Estados Unidos hay 20 millones de infectados entre los 15 y 49 años. Cerca de la mitad de infectados son adolescentes sexualmente activos y adultos jóvenes entre 15 y 24 años.

Existen vacunas para prevenir el ataque del VPH. EL Gardasil protege contra cuatro tipos de VPH, que son responsables del 70% de cánceres de cuello uterino y hasta el 90% de verrugas genitales. La vacuna se administra mediante tres inyecciones intramusculares durante seis meses (0-2, 4 y 6).

La vacuna debe proporcionarse preferentemente a niñas entre los 11 y 12 años, e incluso hasta de 9 años. También se recomienda para las mujeres entre 13 y 26 años que no han recibido o completado la serie de vacunas. La vacuna debiera inocularse antes del inicio de la actividad sexual.

Aunque la vacuna es importante para la prevención, no deben dejarse de lado las pruebas de detección de cáncer del cuello uterino (Papanicolau) o una conducta sexual responsable, sin riesgos, porque la vacuna no protegerá contra todos los tipos de infección genital por VPH.

 

*Comunicación de la Ciencia UNAM-Ensenada.

risita@dgdc.unam.mx

...

Comentarios