GATUPERIO

AGUDEZA FEMENINA

domingo, 29 de julio de 2018 · 00:00

Por Gerardo Sánchez García*

Quién no ha oído -o pronunciado- la frase: he visto numerosos cambios sociales, políticos y culturales.

La expresión destaca haber sido testigo de esos hechos y exalta uno de los sentidos más preciados del ser humano: la vista.

Sin embargo, no recuerdo que alguien presuma o alardee de: “he oído muchas transformaciones sociales”.

Oímos mucho, aunque colectivamente escuchamos poco, somos -permítame lectora o lector, inventar el término-: “sordos sociales”.

Tal reflexión es motivada por un artículo de Antonio Corbollón, quién habla sobre el cambio en el tono de la voz femenina.

En menos de un siglo la agudeza de la voz femenina ha cambiado a una tonalidad más grave, reflejo de la reorganización jerárquica y el acceso de las mujeres a posiciones de poder.

Ello de acuerdo a una investigación realizada por Cecilia Pemberton en la Universidad de Australia del Sur -estudio citado por Corbollón-, en el cual la académica analizó archivos de voces femeninas de 1945 comparándola con otras de 1990 y detectó que la frecuencia hertziana disminuyó, las voces femeninas perdieron agudeza.

Concluyó la investigadora al respecto: “Las mujeres de hoy hablan con un tono más profundo de lo que habrían hecho sus madres o abuelas, debido a la dinámica cambiante de poder entre hombres y mujeres”.

Empoderamiento audible

Técnicamente Pemberton pudo comprobar que de los 226 hertzios de las mujeres de mediados del siglo pasado se redujo la frecuencia a 206 hz, lo que definió como: “Una diferencia significativa y audible”.

Una tonalidad más grave, establecen los manuales de oratoria y los estudios sobre primates, expresa una mayor autoconfianza y autoridad.

El tono de la voz -que es distinto a la intensidad o volumen-, se produce por las vibraciones de las cuerdas vocales, se mide en Hercios -voz castellanizada de Hertz- y puede clasificarse en forma general en: grave o agudo.

Mientras leo y escribo sobre este asunto, me viene a la mente el estereotipo de hace algunas décadas de la bella mujer con voz chillante, prejuicio hoy prácticamente desaparecido.

Corbollón cita en su artículo el caso de Margaret Thatcher, La Dama de Hierro, de quien se han comparado grabaciones de su voz cuando era ama de casa y como Primera Ministra británica.

El biógrafo de Thatcher, Charles Moore, explicó el cambio: lecciones de locución para bajar el tono de su voz y hacerlo más calmado y autoritario.

Otros estudios señalan que actualmente la frecuencia de la voz femenina está por debajo de los 200 hertz, dependiendo del país, estatus social y económico de la hablante.

Todo ello demuestra que el empoderamiento femenino no sólo es visible, también es audible.

*Periodista.

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