¿De dónde viene la inspiración?

sábado, 25 de agosto de 2018 · 00:00

Por Karla Bañales*

Muchas veces me lo he preguntado y algunas veces el silencio es el que me responde. Puedo decir que en la quietud tenemos esa palabra que buscamos, la perfecta descripción se encuentra contenida en el instante previo justo antes de hablar, en eso que te roba el aliento sin pensar. 


Percibirlo es tan sólo una habilidad que se va perfeccionando con el tiempo, es cuestión del vaivén de un pensamiento. 


Es sencillo. Visualicemos esas parecidas sombras que pasan a través del camino que transitamos, y al recordar el bullicio de la gente al pasar podemos caer en cuenta que aunque quisiéramos estar solos es casi imposible, es por eso que todo lo que nos rodea genera automáticamente una influencia en nosotros, una reacción involuntaria con una respuesta inmediata. 


Somos sensibles a los estímulos que percibimos en el exterior, desde los ruidos fuertes y estruendosos hasta los casi imperceptibles. Somos capaces de distinguir de entre un cúmulo de cosas algo valioso o de encontrar una persona de entre la multitud. Esa es nuestra esencia, esa es nuestra naturaleza, tenemos esta visión panorámica que nos ayuda a registrarlo todo, que se esfuerza por no perderse los detalles, cada momento e instante. 


De aquí nace la inspiración. Al lograr respirar hacia adentro y despertar, podemos ver no sólo con la vista sino con todos los sentidos, escuchar con cada célula de nuestro cuerpo y saber que la esencia de crear radica en esto. 


Suena bastante complejo pero eso es lo que hace valioso nuestro tiempo al sentarnos a observar. Intentarlo requiere valentía, abrirse a la posibilidad de permitirse crecer a través de cómo nos relacionamos con nuestro entorno sin juzgarnos. Un reto importante y sumamente necesario para que la inspiración tome lugar y nos haga reír o llorar; ambas son emociones válidas en el proceso, ambas esenciales para la composición. 

 

El misterio de la vida 
Escribir emociones no es sólo explicar lo que sabemos sino también hablar de lo que aún nos falta descifrar, porque considero que los sentimientos encontrados son el detonante de tantas canciones. 
Me cuesta creer que un sólo sentimiento nos acompañe durante el viaje o incluso durante el día, debido a que somos llevados por el continuo cambio de un lugar para otro y en ese ir y venir, incluso en medio de grandes olas podemos encontrar de nuevo la inspiración, no sólo como pretexto para intentar crear algo sino como una necesidad para seguir existiendo; para no morir a través del tiempo. Estoy completamente convencida que el proceso creativo de cada persona es único y aunque la influencia es un factor de conveniencia para algunos, considero que no es pretexto para darse por vencido sino utilizarlo como un medio que te lleve de la reflexión a la genuina acción de continuar en este largo camino acompañado de lo que a ti te inspira, lo que a ti te mueve y te hace despertar, no de un largo sueño sino de la realidad. Lo que un artista siente siempre será un misterio por ello es importante estar atentos para presenciar el momento cuando lo que era invisible tome forma y nos sorprenda. 

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