Por la razón o por la fuerza

Tranquility Base Hotel & Casino: Con guitarras no hay fiesta

lunes, 6 de agosto de 2018 · 12:48

Por Juan Alberto Montes*

¿Por qué los Arctic Monkeys sacaron un disco que no suena a rock? Porque en 2018, el rock es música que sólo oyen los señores. Es un género que ya no se puede reinventar, ni como sonido, ni como estética, ni como actitud, ni como fenómeno cultural.

¿Qué hacer con las guitarras y qué lugar otorgarles en las canciones? Son los problemas principales de las bandas aún vigentes que durante la década pasada tenían un sonido basado en este instrumento. Seguir usándolas como lo hacían sería ingenuo. La guitarra ha dejado de ser protagonista y ha tomado una función de formación de texturas, o bien, ha desaparecido.

Arctic Monkeys es el último grupo de rock relevante de la historia. La estrategia más fácil para ellos hubiera sido repetir el sonido de su disco anterior AM (2013) y seguir siendo la estrella más rentable de su género.

Con AM había logrado éxito comercial y artístico al recrear el sonido R&B (que  dominaba en las listas de éxitos globales) con guitarras y otorgarle una función interesante a ese instrumento en vías de extinción como eje melódico.

Con Tranquility Base Hotel & Casino, fue más allá y se dedicó a hacer una obra fina como pocas. Es un conjunto de composiciones que sólo puede ser equiparable a la riqueza estructural de This is Hardcore (1998) de Pulp o al acto de desprecio al éxito fácil que mostró Talk Talk con su disco Spirit of Eden de 1988.

La audacia de los monkeys

Los monkeys soltaron el álbum como un golpe de integridad artística y una riesgosa declaración de principios congruente con el estado de los tiempos y de la música. Fue una estrategia audaz, orgánica y además exitosa en todas las formas posibles, pues es un disco que se sostiene por sí solo, con base en buenas canciones que pueden disfrutarse independientemente de su trasfondo conceptual espacial y lunar.

¿Cuándo fue la última vez que el rock fue relevante en la cultura popular? Fue a principios de la década pasada, con la moda de las bandas revival como The Strokes, Interpol, The Killers, Yeah Yeah Yeahs y The Libertines, entre otras.

Aunque sus debuts son obras maestras, la fecha de caducidad de ese sonido estaba preestablecida porque eran obras de meta-rock, o sea, autorreferencias hacia el propio género, eran una actitud y una estética más que una innovación o rompimiento en la historia de la música.

Con el fin de la relevancia de ese conjunto de bandas, el rock había dejado de ser el género que proveía de sorpresa al mainstream.

De contexto musical agonizante categorizado como indie rock es en el que están etiquetados los primeros discos de los Arctic Monkeys. Salir de ahí tuvo que ser un proceso bastante complejo y eso hay que saber reconocerlo.

Alex Turner sólo quería ser uno de los Strokes y, por alguna razón, ahora es algo mejor que eso.

 

*Es ingeniero metafísico con especialidad en superficialidades.

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Instagram:___deus.vult

 

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