El genio Miguel Ángel Primera parte

sábado, 22 de septiembre de 2018 · 00:00

Por José Carrillo Cedillo*

 

Michel Angelo Buonarroti nació cerca de Florencia en 1475. Escultor, pintor, arquitecto y poeta. Fue uno de los genios supremos del renacimiento, se le compara con Leonardo, pero algunos sostienen que fue el más grande artista que ha vivido en nuestro planeta. Nació el 6 de marzo en Caprese, pequeño pueblo cerca de Arezzo, dentro de la jurisdicción de Florencia.

Fue hijo de Ludovico di Leonardo Buonarroti Simoni quien descendía de una familia de banqueros, su primera educación quedó a cargo del humanista Francesco de Urbino pero dejó esa instrucción para aprender el arte de la pintura en el taller de Domenico Ghirlandaio.

Muy pronto se sintió decepcionado y decidió aceptar un pequeño estipendio del gobernante de Florencia, Lorenzo el Magnífico, para estudiar escultura en Roma, con la intempestiva muerte de Lorenzo y el destierro del hermano de éste, Piero de Medici por Savonarola, Miguel se vio obligado a abandonar Florencia en 1494, se fue a Boloña donde ejecutó tres pequeñas estatuas para la tumba de  San Doménico.

Tras regresar brevemente a Florencia donde seguían las dificultades políticas y religiosas, partió hacia Roma donde permaneció varios años. Por encargo del cardenal Jean Villiers de la Grislaye empezó a esculpir La Piedad y con ello el joven escultor ganó fama y se corrió la voz de que Miguel Ángel superaba a otros escultores reconocidos.

A la edad de 25, regresó a Florencia precedido de una gran reputación. Recibió el encargo de ejecutar 15 figuras para el Altar  Piccolomini de Siena y de ahí se le encomendó el personaje bíblico del David el que terminó en 1504 despertando un entusiasmo inusitado en la ciudad.

Se sabe que también realizó un David en bronce pero está desaparecido. Se le encargó junto con Leonardo un fresco dentro del Palazzo Vecchio en la Sala de los Quinientos En la pared opuesta trabajaba Leonardo con La Batalla de Anghiari y la cercanía sirvió para exacerbar la rivalidad que se había suscitado entre los dos grandes genios. El fresco de Miguel Ángel, La batalla de Cascina nunca fue terminado,  como tampoco el de Leonardo, pese a que se elaboraron bellos dibujos para la empresa. Estos dibujos son considerados ahora como los primeros ejemplos del manierismo renacentista (otro estilo del arte pictórico).

En 1505, el papa Julio II requirió la presencia de Miguel Ángel en Roma para la edificación de lo que habría de ser un  grandiosos monumento fúnebre para el mismo papa; se le conoce como el papa guerrero y se le reconoce como un memorable mecenas que acogió en su corte a grandes artistas como Donato Bramante, Rafael y Miguel Ángel.

Nuestros grandes atletas y las estrellas de cine son conocidos y admirados por muchos actualmente, así era en esa época con los artistas italianos, y se puede afirmar que lo que hagan tiene interés para todos. Eso pasaba en la Italia de entonces, eran tan populares que todo mundo sabía que cuadro había empezado o terminado y si sus respectivas esposas daban bien de comer o no a los aprendices del taller.

Vida del escultor

Miguel Ángel entusiasmado, fue a Carrara para elegir personalmente los mármoles para las esculturas del monumento, pero a su regreso a Roma, el papa estaba concentrado en los proyectos de Bramante para la reconstrucción de la Basílica de San Pedro.

Esto unido a las dificultades que surgieron para empezar a trabajar lo llevaron a perder la paciencia. Contrariado y abatido abandonó Roma para regresar a Florencia en 1506.

Tanto Miguel Ángel como el papa, tenían temperamentos irascibles, sin embargo, los ligaba una admiración mutua. 

Miguel Ángel fue a Bolonia en 1508 para ponerse a disposición del pontífice y ejecutar una estatua de bronce del papa. Sin embargo esto no pudo realizarse por las dificultades entre los dos y a la muerte del papa, los herederos de este insistieron en que Miguel Ángel terminara el monumento cuyo proyecto contemplaba 40 estatuas.

De este proyecto lo único que terminó Miguel Ángel fue el magnífico Moisés y dos estatuas que representan esclavos. 

Cuenta la leyenda que al terminar el Moisés, Miguel Ángel le propino en la rodilla un martillazo y le dijo: ¿porque no me hablas? La huella del martillazo dicen, que se puede ver todavía.

En 1508 Miguel Ángel regresó a Roma y Julio II le hizo aceptar otra comisión:

Entre los proyectos artísticos más importantes del renacimiento, destaca la reconstrucción y decoración de la capilla Sixtina

La decoración de una capilla en el Vaticano construida por el papa Sixto V, por lo tanto denominada Capilla Sixtina. Miguel Ángel protestó airado argumentando que él no era pintor sino escultor y por otra parte, estaba convencido de que el ingrato encargo se debía a intrigas de sus rivales Bramante y Rafael, quienes ya habían trabajado en las paredes laterales, pero faltaban la bóveda cóncava además de los arcos y lunetas sobre las ventanas y obviamente se requería de un esfuerzo muy grande en todos sentidos, por la altura y la zona de la capilla.

 

*Artista plástico y docente con más de 50 años de trayectoria.

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