Dictaminan 'combustión humana espontánea'

Michael Faherty tenía 76 años de edad cuando murió. El 22 de diciembre de 2010 su cadáver apareció carbonizado en su casa de Clareview Park, Ballybane, Galway, Irlanda. Los expertos forenses encontraron un fuego en la chimenea de la sala, pero en el análisis de la escena ningún rastro que explicara suicidio o asesinato. Descartaron la presencia de sustancias inflamables o que alguna persona hubiera entrado en la vivienda. Cuando la policía selló la propiedad, tenía en la mira la posibilidad de un crimen, sin embargo la única evidencia que halló fue el cuerpo totalmente carbonizado tendido de espaldas, el techo quemado encima del cadáver, al igual que el piso debajo de él. Pero intactos muebles y objetos cercanos. Tampoco había una posible fuente de ignición. La muerte de Faherty desconcertó a los especialistas, fue investigada de forma exhaustiva pero al no encontrar una explicación adecuada el médico forense Ciaran McLoughlin dictaminó 'combustión humana espontánea', un fenómeno descrito como la incineración de personas vivas sin una fuente externa de ignición aparente. El médico explicó que en 25 años de práctica profesional nunca se había encontrado con una situación similar, y que había consultado libros médicos y llevado a cabo otras investigaciones en un intento de encontrar una explicación. Es el primer caso de este tipo que se registra en Irlanda. En el mundo, en los últimos 300 años, se han reportado unos 200,000 supuestos casos, pero la mayor parte no han sido realmente investigados, indica la prensa británica. El cuerpo humano está formado sobre todo por agua, los únicos componentes que se queman con facilidad son el tejido graso y el gas metano, de ahí que las posibilidades de combustión espontánea son muy escasas; sin embargo, los partidarios de estos fenómenos han ofrecido explicaciones tan variadas como alcoholismo, intervención divina, obesidad y la electricidad estática. Vía: BBC News