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Blockchain y su aplicación en sistemas electorales

La tecnología de cadena de bloques plantea una revolución no sólo en la economía, sino en todo tipo de ámbitos
C&T
jueves, 31 de mayo de 2018 · 00:00

Eduardo A. Durazo/COLABORACIÓN*
eduardo.durazo@cetys.mx | Ensenada, B. C.

La tecnología “blockchain”, asociada a las criptomonedas como BitCoin, ha cobrado relevancia durante los últimos años como tema en medios sociales y de comunicación.

Blockchain (“cadena de bloques”, en español) consiste en una base de datos distribuida, es decir, no existe un procesamiento centralizado de la información.

Además, la tecnología integra un registro ordenado de transacciones denominadas “bloques” los cuales precisan la fecha de la operación y el enlace al bloque previo.

El bloque sólo puede ser editado con una llave privada por el usuario propietario del bloque, y blockchain asegura que las múltiples copias de bloques distribuidas se encuentren sincronizadas, por lo que si un usuario intenta editarlos sin la llave, la modificación es rechazada.

El proceso permite que el registro de las operaciones sea público para cualquier participante de la red, así como que todos corroboren el historial de balances. Esto le da legitimidad a las operaciones.

Estas características (distribución, registro de transacciones y llave privada) lo hacen hasta el momento uno de los sistemas más confiables en la transacción de activos digitales.

Sin embargo las criptomonedas no son la única aplicación de esta tecnología, pues cualquier sistema que requiera transacciones seguras y autentificadas puede beneficiarse del blockchain: uno de ellos es el sistema electoral.

Proceso de sistemas electorales
Uno de los elementos más importante de los sistemas electorales democráticos es la emisión del voto, por medio del cual los ciudadanos eligen a sus autoridades.

El voto es unipersonal y secreto, por lo que desde el punto de vista del proceso, puede analizarse como una transacción única de información cuya autenticidad debe ser asegurada.

En México, la logística asociada a este proceso implica, entre otras cosas, el registro electoral de la población, la emisión de una credencial registrada en una lista nominal, la asignación e instalación de casillas y funcionarios asociadas a las mismas, y la aplicación de diversos elementos de fiabilidad en los resultados de la elección, como tinta indeleble, entre otros.

“Cadena de bloques” electoral
Uno de los cuestionamientos en el uso de tecnología aplicada en las elecciones es la vulnerabilidad a ataques informáticos.

Cualquier sistema centralizado, como los empleados hasta ahora en sistemas electorales electrónicos, es susceptible de ataques que inutilicen los sistemas.

Algunos de los más comunes son los realizados con virus, troyanos y gusanos informáticos, los cuales inhabilitan el sistema al dañar algún componente clave o tomar control del mismo de manera remota.

Otro ataque común es el conocido como Distributed Denial of Service (DDOS), el cual satura al servidor de peticiones de servicio falsas; o por “fuerza bruta”, que consiste en tomar control del sistema al probar muchas palabras clave como contraseña hasta obtener la correcta.

Pero ¿cómo funcionaría el voto con blockchain? A cada ciudadano se le otorgaría un “contrato inteligente” con una llave privada, válidos sólo el día de la elección.

Dado que el evento del voto se registra como una transacción pública y descentralizada, tendría toda la seguridad con la que cuenta una transacción financiera.

Al ser la información de la transacción pública y con posibilidad de ser verificada por cualquier usuario, algunos problemas actuales como el desacuerdo en el conteo de votos o la duplicidad del sufragio por un mismo votante se eliminarían.

Retos en comicios digitales
Aún con todos los elementos de seguridad descritos, queda claro que blockchain no es la solución completa para los procesos electorales en México.

Al igual que ocurre en la actualidad con las credenciales electorales, si un ciudadano decide vender su llave privada no habría forma de eliminar la posibilidad de un fraude.

Otra posibilidad es que piratas informáticos roben esa llave privada mediante el uso de malware, o interceptando su clave.

Otro tema importante a considerar es la gran brecha digital que existe en México, pues sólo el 39.2 por ciento de la población rural tiene acceso a internet.

Un mecanismo de casillas digitales supondría un gran reto de infraestructura en gran parte del área rural.

Sin embargo, tales desafíos no deben desincentivar la transición hacia un modelo híbrido de elección.

Si analizamos el contexto, podemos encontrar que habrá ciudades en donde el modelo digital sea más conveniente; si la tecnología en estos lugares garantiza una elección segura a un costo menor, se puede llegar a un nuevo paradigma tecnológico aplicado al sistema electoral.

*El autor es profesor-investigador en Cetys Universidad, campus Ensenada y consultor en temas de Emprendimiento e Innovación Tecnológica.

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