ATERRIZAJES

Tras bambalinas

Por Dr. Adán Echeverría-García
martes, 21 de noviembre de 2017 · 00:00

¿Quiénes son aquellos que le temen a las candidaturas independientes? Los Partidistas, únicamente ellos. Que son incapaces de reconocer todos los males que los gobiernos de la Partidocracia, desde 1988 (comenzó con la llegada de Carlos Salinas de Gortari, el premio que nos heredó el neoliberalismo).

Recordemos. La ley decidió que las nuevas leyes sólo podrían emanar desde un Legislador ya en funciones y se cortaba toda propuesta de los ciudadanos. La ley dijo se acaban los Partidos Políticos Nuevos, ahora tenían que contar con un porcentaje del padrón electoral, de tal manera que los más recientes surgieron derivados de los partidos ya creados: PVEM, Nueva Alianza, y claro… MORENA. Se les hizo fácil a los personajes que ya estaban adentro, buscar la forma de salirse con todo un gran número de seguidores, como una ameba que se divide.

Pero por toda la presión ciudadana que los ha ido alcanzando, los partidos políticos han tenido que ceder y abrieron las candidaturas independientes. De pronto se tuvieron ganadores. Kumamoto para cierto sector de Jalisco, El Bronco para Nuevo León y contra todo pronóstico, Cristian Vázquez para Ensenada. El resultado cuál ha sido: que los partidos políticos vieron que se les abrió una grieta. Han comenzado a sentirse rotos desde adentro.

El Teatro de la Democracia Mexicana ha dejado claro que las Oposiciones siempre han sido fingidas desde El Salinato (que diera inicio en 1982, en el período de Miguel de la Madrid las riendas las tenía Carlos Salinas de Gortari). Los mismos partidos políticos, apoyados por grandes empresarios de los medios de comunicación, muchos escritores asalariados vía publicaciones, premios, becas, homenajes, como muchos periodistas, decidieron jugar su papel en el Teatro de la Democracia. “¿Para este período serás oposición o serás del sistema?” se preguntan cada seis años. Una figura del mismo grupo se desprende y se hace llamar Oposición. Y basta que acuse, reclame, azuce a la población ciudadana, con valores neo cristianos, apelando a la moral, la pobreza, el deseo de ser comunidad, para apoyar al débil y odiar al rico: ¡Que difícil es para un rico entrar en el reino de los cielos!, dice uno de los mantras que continuamente le gritan al oído a la población fanática.

Entonces les llegan al precio y ocurren esas transformaciones miserables a lo AMLO, emperrado en ser la única opción, al grado de tiranizar desde adentro y denostar toda otra forma de rebeldía que no lo apoye.

Pero la grieta estaba abierta ya. Kumamoto exigiendo desde el “Sin voto no hay dinero”, Cristian Vázquez mostrando a los ciudadanos de Ensenada el exceso de “bonos económicos que se les entrega a los regidores” y convirtiendo esa parte de su salario en proyectos productivos para ciudadanos emprendedores. Es decir, respetando los ideales de la ciudadanía que decidió darles su voto. Del Bronco ni hablar, las cosas en Nuevo León no brindan el espacio para poder notar si su trabajo no ha sido el de otro partidista disfrazado de independiente.

Hay que poner atención a lo que sucede tras bambalinas en el Teatro de la Democracia. Es muy probable que esté a punto de caer el Telón de esta última farsa. Es probable pero no hay que agitar aún los cascabeles de la victoria.

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