POR SI LAS MOSCAS

Aumento de risa

Por Laura Monzón
viernes, 24 de noviembre de 2017 · 00:00

Hace poco más de un mes, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, vino a México para hablar con nuestro flamante Gobierno sobre cuestiones del Tratado de Libre Comercio (TLC). Uno de los puntos que tocó y que más llamó la atención de todos los mexicanos fue el salario.

Con toda la razón del mundo, Trudeau dijo que para obtener una “situación de ganar, ganar, ganar” entre Canadá, Estados Unidos y México “se requieren mejores normas laborales, salarios y trabajos”, para que haya mejores condiciones para los ciudadanos y, por ende, más dinero circulante.

Después de que el mandatario del país de más al norte declarara tales verdades, nuestro Gobierno puso manos a la obra, para demostrarle al mundo que sí se preocupa por sus ciudadanos y no quiere otra cosa que “lo más mejor”.

Hace unos días, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos anunció con bombo y platillo que, a partir del 1 de diciembre de este año, el salario mínimo aumentará de 80.04 pesos diarios (4.2 dólares) a 88.36 pesotes (4.6 dólares).

Los mexicanos tendremos que aprender a administrar tanta abundancia, porque Peña Nieto dijo orgulloso en su mensaje sobre la buena nueva, que éste es un aumento salarial histórico y, gracias a ello, las familias mexicanas podrán comprar más.

Aunque nuestro nada querido presidente presume que al principio de su gestión, el salario mínimo estaba en 62.33 pesos y en unos días será de 88.36, el aumento es irrisorio; no se acerca al ideal de la línea de bienestar y los trabajadores seguirán sin poder cubrir las necesidades mínimas diarias, como tener acceso a la canasta básica de productos alimentarios y no alimentarios.

Vamos, no ayuda, ni de broma, a abatir el rezago histórico que tenemos desde 1982; no se acerca a lo que deberíamos tener por salario mínimo, el cual según algunos expertos tendría que estar, por lo menos, en 120 pesos sin que la inflación nos ataque, para que el trabajador pueda adquirir los bienes de la canasta básica.

Pero según Peña Nieto y sus secuaces, de 2012 al 1 de diciembre de este año, el salario mínimo ha tenido un incremento del 29.45 por ciento. ¿Y la inflación, apá? ¿Esa no cuenta? Lo que Peña Nieto no dice, y parece que no tiene idea, es que el peso se ha devaluado 35 por ciento en el mismo periodo. La inflación nos lleva la delantera y por mucho.

A pesar de que México es un país que se supone nada en la abundancia, tenemos los salarios más bajos de todo el continente (147.26 dólares por 30 días de trabajo, con el nuevo incremento), y vivimos en uno de los países más corruptos del mundo, en gran medida, gracias a los políticos codiciosos y enviciados.

Por cierto, hace un par de días, la Embajada de Canadá en México preguntó: ¿dónde está el dinero (45 millones de dólares) que el mundo donó a México por los sismos pasados? Comentó que se debería hacer una auditoría exhaustiva de dichas donaciones y mostrar cómo se están invirtiendo, porque se están usando para la reconstrucción y ayuda a los damnificados, ¿verdad?

Sobre el tema, el sindicato de trabajadores de Canadá, Unifor, dijo que los altos niveles de corrupción en México crean muchas oportunidades para el abuso del poder y las acciones no éticas que limitan la capacidad de usar las donaciones de forma efectiva.

Entre tanta amistad con México, Canadá ya se dio cuenta del piojero que tenemos por Gobierno. Los ciudadanos no confiamos en nuestros políticos y los canadienses tampoco.

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