INDICADOR POLÍTICO

Peña Nieto 2018: Videgaray, Meade, Elías Calles y Córdoba Montoya

Por Carlos Ramírez
viernes, 24 de noviembre de 2017 · 00:00

Como en política mexicana nada se inventa sino que todo se transforma, cada presidente en turno crea un método que quiere ser propio para destapar a su sucesor pero al final del día sólo son algunas variaciones sobre el mismo tema.

El canciller Luis Videgaray Caso sorprendió el miércoles con un posicionamiento de José Antonio Meade Kuribreña casi a título de destape como candidato del PRI a la presidencia de la república, justo a la misma hora en que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, lidiaba con los pasivos políticos del gobierno del presidente Peña Nieto.

En algunas horas se sabrá si Videgaray hizo un movimiento estratégico o si fue una jugada desesperada. Lo único cierto es que Videgaray hizo recordar la sucesión presidencial de 1994, en la que ocurrió una competencia entre el presidente Salinas de Gortari y su superasesor Joseph Marie Córdoba Montoya, el primero con Luis Donaldo Colosio y el segundo con Ernesto Zedillo Ponce de León.

Aunque Peña Nieto es el jefe del grupo mexiquense, Videgaray ha articulado una élite de poder en posiciones clave casi en condición de vicepresidente. Ciertamente que Meade forma parte del grupo peñista, pero sus lealtades han sido de coyuntura, lo mismo con el PAN calderonista que con Peña. Y si bien tiene un perfil no-partidista, de todos modos podría ser el candidato no-priista que por su perfil termine con el ciclo priista en el poder.

Colosio fue construido por Salinas desde que se lo encontró en 1979 en la Dirección de Política Económica y Social de la Secretaría de Programación y Presupuesto y lo fue cincelando hasta hacerlo en 1993 el candidato de la continuidad; Colosio era el hijo político de Salinas y Manuel Camacho Solís era el hermano. Por cuestiones de confianza, dependencia y herencia, Salinas optó por el hijo, pero hacia marzo resultó que Colosio había concluido que había que cambiar el modelo económico y trabajar la transición política y entonces pactó con el hermano Camacho vía el compromiso de darle Gobernación para la reforma política.

El asesinato de Colosio corrigió lo que entre los salinistas se consideró un error de confianza y Córdoba pudo poner a su valido Zedillo. Aunque era pieza del salinismo, Zedillo tuvo que perseguir a Salinas y romper con él vía el arresto de Raúl por la sombra de Colosio, la versión popular de un crimen de Estado y la hipótesis del beneficiario.

Los precandidatos de Peña que se forjaron a su lado en el Estado de México y en la campaña son Osorio Chong y Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación; Meade sería la pieza preferida de Videgaray. Por tanto, el candidato que sea destapado en las próximas horas determinará quién ganó la sucesión priista 2018: Peña o Videgaray.

Por la sombra de Colosio, Córdoba destapó a Zedillo y tuvo que desaparecer del panorama político mexicano. Si Videgaray pone a Meade, entonces podría no cumplirse el sueño de convertirse en el poder detrás del trono presidencial en el sexenio 2018-2024. Ahí quizá el subconsciente traicionó a Videgaray al convocar la figura de Plutarco Elías Calles, el que se deshizo de Obregón (figura central de la tesis de licenciatura de Peña Nieto) y el que mandó sobre los presidentes Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez y el que fue exiliado del país por Cárdenas en 1936 porque no hay poder más que el del presidente en turno.

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