LA OTRA HISTORIA

Código de honor

Por Lucía Garayzar*
miércoles, 8 de noviembre de 2017 · 00:33

“Es mejor que no habléis más de lo necesario. Y decid cuantas menos palabras mejor y en buen orden. Muy a menudo caéis en desgracia cuando habláis descuidadamente y, por casualidad, reveláis vuestra vergüenza”.

Desde la Edad Media hasta su desaparición en el siglo XIX, la figura del samurái estuvo presente en la vida de los más poderosos. Estos famosos guerreros japoneses eran contratados para cuidar la integridad de quienes gobernaban.

Con el paso del tiempo los samuráis se convirtieron en una elite militar que adquirió gran poderío, eran expertos guerreros en artes marciales, contaban con un código de honor inalterable, independientemente de su valentía y destreza, sus valores eran inquebrantables. Su filosofía fue inspiración de numerosas obras literarias, tan es así, que se dice que durante la ll Guerra Mundial, el gobierno japonés emprendió una campaña para que el ejército adquiriera los principios de los auténticos samuráis.

La lealtad, la disciplina y el respeto eran los valores que regían la existencia de un buen samurái, sin embargo, el honor jugaba un papel sagrado, si alguno de ellos cometía, según su código, un acto deshonroso, su destino obligatorio era el harakiri o suicidio.

Amable lector: El camino del samurái del autor Yamamoto Tsunetomo, es una de las obras clásicas de la cultura japonesa, que atesora los secretos, la filosofía, la instrucción y los valores del samurái. Esta obra rica en valores nos demuestra, que no hace falta investigar tanto como para darnos cuenta que los grandes pueblos están gobernados y habitados por grandes ciudadanos, con defectos claro que sí, con vida propia y desaciertos, pero con convicciones firmes.

Aunque parezca un tema trillado, los valores siempre serán la columna vertebral que mantenga erguida a una persona, a una familia y a una sociedad completa. Mientras en México, ni gobierno ni gobernados adquiramos un cambio de chip en cuanto a nuestras malas costumbres y es que aunque no lo queramos aceptar, mientras que nosotros como ciudadanos no nos disciplinemos y aprendamos a respetar cuando menos el entorno en el que vivimos que nada tiene que ver con la pobreza, el pueblo seguirá siendo traicionado por gobernantes faltos de honor y de lealtad, palabras que no incluyen dentro de sus estatutos.

Imagine usted amable lector, lo que sucedería si el código samurái se implementara aquí en esta noble tierra, sería la peor masacre. Por principio de cuenta, no quedaría ni un solo partido político, ni militante alguno y por supuesto, tampoco quedaría huella de muchos de nosotros.

Fuente:

* La autora es profesora

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