DESDE EL VIGÍA

Actuar sin temor

Por Editorial El Vigía
jueves, 9 de noviembre de 2017 · 00:00

La Procuraduría General de la República (PGR), llamó a juristas del país a no tener miedo al aplicar el Sistema Penal Procesal Acusatorio y convocó a que la ciudadanía participe en las decisiones judiciales.

El titular de la Unidad para la Implementación del Sistema Procesal Penal Acusatorio (UISPPA), Rommel Moreno Manjarrez, señaló que existe un miedo intrínseco que parte desde la aplicación del sistema mixto.

Mencionó que hasta el 30 de septiembre pasado se habían iniciado 131 mil 500 carpetas de investigación, de las cuales el 0.24 por ciento se ha resuelto en un juicio oral al privilegiarse mecanismos alternativos, juicios abreviados y la reparación del daño.

Por su parte, Raúl Cervantes, ex procurador general de la República, entregó al Senado un conjunto de propuestas para realizar mejoras al sistema penal vigente.

El documento, producto de diversas consultas con académicos, especialistas, investigadores y juristas, contiene los desafíos y acciones para consolidar el sistema procesal penal acusatorio en México.

En tanto, el director general del Instituto Nacional de Ciencias Penales, Gerardo Laveaga, sostiene que el mayor desafío que enfrenta nuestro sistema penal acusatorio es, a no dudarlo, el cambio cultural. Se dice fácil. No lo es. Muchos de sus operadores, a lo largo y ancho del país, siguen creyendo que las figuras sólo fueron rebautizadas y siguen conduciéndose como en los viejos tiempos.

Al entrar a una agencia del MP o a un juzgado penal, no se advierte un solo vestigio del cambio. A quien albergue dudas, le bastaría repasar la audiencia inicial del ex gobernador Javier Duarte, donde ni el juez de control, ni el defensor, ni el agente del MP parecían darse cuenta de que estaban actuando bajo un nuevo modelo procesal.

En México, durante años, la policía se dedicó a espiar: quién se acostaba con quién y quién hacía negocio con quién. Los agentes del Ministerio Público, a practicar decomisos e interrogatorios, cuyas constancias apilaban en voluminosos expedientes. Los jueces, a verificar, sello en mano, si el MP había satisfecho los requisitos legales o no. El camino más rápido para todos era la prisión preventiva.

¿Resultado?: una ineficacia pavorosa. Para dar resultados, por tanto, el nuevo sistema no sólo exigirá de capacitación técnica -la cual se puede proporcionar con relativa facilidad- sino de un cambio de chip. Esto es lo endiabladamente complicado. Cuando se aprende un nuevo idioma en edad madura, la resistencia al cambio es inevitable y uno se empeña, inconscientemente, en seguir pensando en su lengua nativa. Con el nuevo sistema, pasa lo mismo.

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