DESDE HOLANDA

Grandes diferencias

Por Dianeth Pérez Arreola
miércoles, 20 de diciembre de 2017 · 00:00

Gran sorpresa me ha causado enterarme de la construcción de un muro dentro del Congreso del Estado de Baja California. Hace apenas pocos meses visité por primera vez el edificio del Bundestag, el edificio del Parlamento alemán en Berlín; una impresionante cúpula de vidrio abierta el público desde donde se puede ver la cámara de debates del parlamento.

El diseño simboliza la transparencia del gobierno y la cercanía del pueblo con sus representantes. No es necesario explicar las negativas implicaciones del pretendido muro en el congreso bajacaliforniano. Aunque se ha dado marcha atrás, destaca el poco valor de los legisladores para asumir la responsabilidad de haber aprobado la división entre representantes y representados, y ahora sí muy unidos para decir que se cancelaba el muro.

También este año vi por primera vez en persona al rey de Países Bajos, Guillermo Alejandro. Yo estaba con una amiga tomando algo en una terraza de un restaurante que queda frente a uno de los edificios de la Universidad de Leiden. Nos llamó la atención que hubiera muchos autos negros afuera del lugar, pero la calle seguía abierta al tráfico usual de gente y bicicletas.

De pronto salió el rey a la calle y todavía intercambió palabras con el rector por algunos minutos. La gente le empezó a gritar su nombre y el saludaba a todos muy sonriente, sin más que un par de personas a su lado encargados de su seguridad. Subieron a los autos y se fueron sin más, mientras nosotras discutíamos lo que hubiera pasado si se tratara de un evento en México a donde acudiera el presidente. Sin duda el aparato de seguridad, los gritos y el ánimo de la gente hubieran sido muy diferentes.

Las elecciones también son muy diferentes. Los posters de publicidad de los candidatos sólo se ponen en lugares especiales. Son una especie de espectaculares donde cada partido pone el suyo en el espacio asignado. Nada de ponerlo dos veces o encima de otro candidato. En Holanda hay pocos postes, pues casi todo el cableado va bajo tierra, así que ahí tampoco veremos propaganda.

No hay credencial de elector, se puede votar en cualquier casilla del país y tampoco hay representantes de cada partido político en cada casilla. Las urnas no son transparentes, son como botes de basura residenciales y las boletas contienen sólo letras, ni logos ni fotografías ni son a colores.

Hablando de diferencias más a nuestro favor, debo decir que los holandeses son eficientes, pero no amables ni cálidos. El contraste de la atención en un restaurante mexicano y uno holandés, es como el día y la noche. Claro que entre más caro el restaurante más atentos los meseros, no importa en qué país, pero la atención al cliente es una discusión recurrente en los foros de mexicanos en Holanda.

Ya casi termina otro año donde tengo el privilegio de narrar mis encuentros y desencuentros con la cultura holandesa y describirles los lugares que tengo la fortuna de conocer. Aprovecho para agradecerles su atención y desearles lo mejor para el próximo año. Felices fiestas.
 

...

Comentarios