POR SI LAS MOSCAS

“Ayuntamientos zombis”

Por Laura Monzón
viernes, 22 de diciembre de 2017 · 00:00

“Los zombis no son exclusivos de la ficción, también existen en el mundo económico”, dice un artículo del periódico español El Economista, el cual habla sobre el problema con ciertas empresas que comenzaron a surgir en Europa desde el año 2007, y que al pasar de los años resultaron no ser rentables. Sin embargo, continúan existiendo.

La razón de su “vida después de la muerte”, es que pueden (o les permiten) refinanciar su deuda, una, otra y otra vez.

Como no son productivas, afectan de forma negativa al sector privado e incluso la economía del país donde se encuentren. Por tal razón, los académicos las llaman “empresas zombis”.

Un trabajo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), llamado “The Walking Dead? Zombie Firms and Productivity Performance in OECD Countries”, dice que estas empresas son una verdadera bomba de tiempo que estallará en cualquier momento, porque en un contexto competitivo ya hubiesen desaparecido; no obstante, siguen sobreviviendo, razón que “podría ser una fuente importante para explicar el ‘aturdimiento’ de la productividad y la falta de oportunidades financieras para empresas más productivas y de nueva creación”.

En pocas palabras, dice El Economista, son empresas “cuya deuda se come los beneficios que tengan. Muertos vivientes que destruyen el capital”.

Tal explicación viene a colación, porque la teoría de las empresas “zombis” podemos traerla a este lado del charco y aplicarla muy bien con las administraciones municipales.

Si enumeramos las características generales de la explicación dada por el periódico y la OCDE, el Ayuntamiento ensenadense no es rentable, se come el presupuesto, no produce nada, continúa refinanciando la deuda y, no conforme con ser un lastre, pide prestado para pagar lo que debe, así como darles sus catorcenas a un número excesivo de empleados que hacen vayan ustedes a saber qué.

Así, podemos decir que Ensenada ha tenido, uno tras otro, Ayuntamientos “zombis”. La ciudad continúa con las calles adornadas de baches, el servicio de recolección de basura sigue igual de malo, el transporte público es una mugre, a pesar del aumento del pasaje y las promesas (incumplidas) de los microbuseros; el alumbrado público está para llorar, con todo y las luminarias anunciadas con fanfarrias, la ciclovía… bueno y la desaladora… también.

¡Ah! Pero hace unos días, el Cabildo decidió votar a favor de gestionar 80 millones de pesos de las participaciones federales de 2018, para pagar los aguinaldos de sus empleados. La razón: no hay dinero. Todo lo deben a causa de los desvíos, robos y malos manejos del erario.

Sin embargo, a pesar de tener los pelos de la mula en la mano, las autoridades no van a castigar a los culpables de tanto desastre financiero. Tienen que taparse el mugrero entre ellos; no vaya a ser que si les hacen algo, luego de 2019 sancionen a los que están ahora administrando.

Por eso, Hirata ya se hizo el desentendido de las acusaciones de los desvíos de los fondos federales del Subsemun, Fortaseg y Ramo 33 durante su gestión, porque él no hizo nada y desconocía el manejo de los presupuestos. No entiende por qué lo culpan si hasta premios recibió por ser un “magnífico” edil.

Confesó que el único responsable de toda la “desviadera” es Samuel Jaime Aguilar, el mismo que en 2014 ganó el premio Tlatoani, por ser un súper tesorero y aportar al desarrollo del país. ¡Qué tal!

Es obvio que el ‘aturdimiento’ de la productividad, la escasez de infraestructura y la falta de dinero en el municipio son culpa de los mismos Ayuntamientos “zombis” que hemos tenido. Son muertos vivientes que devoran el capital y destruyen los beneficios que pudieran llegarle a la región.
 

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