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Género y estereotipos

Por Rodolfo Moreno Cruz*
martes, 26 de diciembre de 2017 · 00:00

El género, entendido como una forma de pensamiento filosófico moral y político sustentado en la idea de que la diferencia entre hombre y mujer es producto de roles socialmente construidos, parece consolidarse -por fortuna- como una alternativa adecuada para el respeto total y sincero de los derechos humanos. A pesar de todo, y como propuesta teórica, se trata de una propuesta escasamente difundida; o si se quiere -y para ser más consecuentes- escasamente difundido pues no va más allá de un pequeño sector (y académico) femenino.

A propósito de este tema, el pasado jueves 21 de diciembre, tuvimos una plática con la Dra. Rebecca Cook. Ella profesora emérita de derecho y codirectora del Programa Internacional de Derecho en Reproducción y Salud Reproductiva en la Universidad de Toronto. Especialista en derechos humanos internacionales y cuestiones de género. Es profesora en la Facultad de Derecho, la Facultad de Medicina y el Centro Asociado de Bioética de la Universidad de Toronto. Es coeditora en asuntos legales y éticos de la revista International Journal of Gynecology and Obstetrics. Ha sido distinguida con el Certificate of Recognition for Outstanding Contribution to Women’s Health otorgado por la International Federation of Gynecologists and Obstetricians, así como con el premio Ludwik and Estelle Jus Memorial Human Rights Prize. El pasado jueves 21 de diciembre, a las dos de la tarde (hora de Toronto) nos concedió una plática en torno a los estereotipos de género.

Desde aquí quiero agradecerle su alta solidaridad y espacio que nos concedió en su agenda para platicarnos sobre los alcances y daños de los estereotipos. También quiero destacar aquí algunas de sus afirmaciones. En primer lugar explicó que un estereotipo es “es el proceso de atribuirle a un individuo, características o roles únicamente en razón de su aparente membrecía a un grupo particular” los estereotipos afectan tanto a hombres como a mujeres, pero han sido las mujeres mayormente dañadas por ellos pues estos “degradan a las mujeres, les asignan roles serviles en la sociedad y devalúan sus atributos y características”.

Para el caso de las mujeres, hay principalmente cuatro categorías de estereotipos que atienden las diferencias físicas, biológicas, sexuales y sociales. Estos estereotipos, explica la doctora, están tan arraigados que son muy difíciles de erradicar. A propósito de este tema, da una explicación muy precisa en su libro.

“Algunos estereotipos de género, como aquel según el cual las mujeres son cuidadoras primarias, parece ser constante. Otros estereotipos pueden diluirse por un tiempo pero resurgir de otra manera. Por ejemplo, una aplicación del estereotipo de las mujeres como propiedad de los hombres permitía que los maridos golpearan a sus esposas, siempre y cuando el palo que usaran no fuera más grueso que su dedo pulgar. Esto ha llevado al uso de la expresión “la regla del pulgar”, como una regla que nos guía actualmente. Otro ejemplo de la aplicación del estereotipo de propiedad es que los padres “entreguen” a sus hijas el día de su matrimonio. Estos y otros ejemplos de la aplicación del estereotipo de las mujeres como propiedad bajo el control de los hombres persisten en algunos contextos y hacen permisible, por ejemplo, el tratamiento violento de las mujeres de muchas maneras, tales como violencia intrafamiliar y sexual, en tanto los derechos legales de propiedad incluyen la posibilidad de rediseñar o destruir el objeto del que se es dueño”.

La plática que ella nos concedió concluyó con una recomendación muy clara: atender el tema de la eliminación de los estereotipos a través de campañas intensas de educación en materia de género. Efectivamente, un papel primordial para el logro de la igualdad entre las mujeres y los hombres está en la promoción educativa de una nueva cultura. Para nadie pasa por desapercibido que hay una relación constante entre el indicador de género que muestra como la difusión educativa mantiene una estrecha relación con la meta de la eliminación de las desigualdades entre mujeres y hombres. A mayor difusión educativa menor desigualdad.

* Licenciado en Derecho. Profesor en la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca

rodmcrz@gmail.com
 

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