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Los ciclones tropicales, el viento y la lluvia

Por Dr. Luis Manuel Farfán Molina*
sábado, 27 de octubre de 2018 · 00:00

Los ciclones tropicales son fenómenos naturales que ocurren sobre regiones oceánicas y cercanas al ecuador. Rotan en sentido contrario a las manecillas del reloj y se desplazan por miles de kilómetros durante días. Aunque en diferentes meses del año, son varias las regiones del mundo en que se desarrollan: Índico, Atlántico y Pacífico. Alrededor del continente americano, se presentan en la temporada cálida del año, entre mayo y noviembre, y la región que corresponde al Océano Pacífico es un poco más productiva que la del Atlántico.

La cercanía de los ciclones al continente puede convertirlos en una fuente de condiciones del tiempo adversas al medio ambiente y a la población en México. Pero también son fuente de humedad, nubosidad y, eventualmente, lluvia de beneficio para la recarga de presas y actividades agrícolas.

El monitoreo inició con informes de barcos aunque después se empezaron a utilizar otros métodos que incluyen aviones, radares y satélites. En la actualidad, el Servicio Meteorológico Nacional de México y el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos colaboran para proporcionar información sobre la posición, estructura y pronósticos en plazos de uno a cinco días.

En 1954, el Centro Nacional de Huracanes hizo los primeros pronósticos y el plazo de predicción era de un día, en 1961 los pronósticos eran de dos días mientras que en 1964 ya se cubrían tres días. Desde 2003 se emiten pronósticos de cinco días y es probable que pronto se tengan los de siete días. Ésta es una ventaja pues se contará con más tiempo para que la población se prepare ante eventos como la entrada a tierra de un ciclón en las regiones costeras. La calidad de los pronósticos ha mejorado por la experiencia adquirida, el personal operativo que los prepara, la disponibilidad de técnicas de predicción más avanzadas así como mejores equipos de cómputo.

Los ciclones inician como grupos de nubes poco organizadas que pasan a través de etapas de evolución para convertirse en sistemas intensos. La velocidad de viento determina su intensidad y se utiliza una clasificación que va de depresión tropical para los más débiles, tormenta tropical para los intermedios a huracán para los más intensos. Frecuentemente, los huracanes están relacionados con desplazamiento de la población, daños materiales y pérdida de vidas.

Hay varios elementos ambientales que son favorables para la desarrollo de un ciclón. En la atmósfera, se requiere de suficiente contenido de humedad y pocas variaciones del viento con la altura además de una superficie del mar tibia mayor a 25 grados centígrados. La región del Pacífico frente a México, así como el Golfo de California, cumple con estas condiciones aunque ya no es así al norte de la península de Baja California. Esta una de las razones para contar con pocos ciclones ahí y, los que logran aproximarse, son en un estado debilitado. Un ejemplo es el ciclón “Rosa” que a finales de septiembre de 2018 se internó al sur del municipio de Ensenada y logró proporcionar lluvias intensas en San Felipe. Casi dos semanas después, “Sergio” cruzó la península cerca de Guerrero Negro para internarse a Sonora, por el puerto de Guaymas, con lluvias y vientos intensos que causaron daños materiales moderados.

Los ciclones tropicales forman parte de fenómenos que, alrededor de México, pueden ocurrir hasta octubre o noviembre. Lo recomendable es mantenerse informado y es oportuno mencionar que CICESE publica un portal electrónico con productos gráficos que permite monitorear las condiciones meteorológicas (en tiempo real) sobre la península de Baja California. El portal es de acceso libre, está disponible las 24 horas y se encuentra en https://met-bcs.cicese.mx.

*El autor es investigador titular, CICESE Unidad La Paz.

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