DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Cartilla Nacional de Vacunación

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón
jueves, 15 de noviembre de 2018 · 00:00

El programa nacional de vacunación mexicano es uno de los más completos del mundo y los que me conocen saben que chovinista no soy, si algo veo de criticable, lo comento sin miedo pero basado en evidencia y la evidencia nos muestra una cartilla de vacunación muy completa, la cual tiene por objetivo cubrir un amplio espectro de las enfermedades infantiles prevenibles con una simple y sencilla vacunación.

Desgraciadamente eso que se dice sencillo, sencillo no es, ya que depende de muchas aristas lograr el anhelado objetivo de prevenir enfermedades a nuestra población infantil.

Prevenir es más barato que curar, es por lo que los gobiernos invierten recursos en la compra de biológicos y aquí empiezan los problemas. Durante el sexenio que está por terminar hubo un recorte presupuestal para la compra de vacunas, lo que vino a provocar el desabasto del biológico y que muchas familias lo resintieron al no contar con ello las instituciones y los niños quedar en riesgo de padecer enfermedades que no tienen por qué padecer. ¿Ahora, qué pasará con el que se vislumbra, un sexenio de incertidumbres?

El adiestramiento del personal que aplica las vacunas es otro grandísimo problema. Las instituciones se rigen bajo un estricto marco referencial, se emiten manuales y normas, se instruye al personal y muchas veces éste último no sabemos lo que entendió y bajo esa premisa rigen la aplicación del biológico. Ya se ha comentado con autoridades institucionales este “grave” capítulo, el personal encargado de aplicar las vacunas “decide” si el niño está apto o no y con la mayor facilidad rechazan a los pacientes, arguyendo que hasta que no se quite el catarro o la tos o cualquier otro síntoma menor, en una palabra, hasta que no esté 100% asintomático, no podrá recibir ninguna vacuna. Y con los tiempos entre una y otra vacuna es un verdadero desorden, ya que al haber carencia de una de muchas, deciden postergar o simple y sencillamente suspender la secuencia y terminamos por tener esquemas muy irregulares con altos riesgos poblacionales. Hay muchos más aspectos que involucran al personal o a la institución, los cuales no comento a fin de no meter más ruido.

Si idealmente tuviéramos cubiertos los dos aspectos anteriores, el factor más importante quedaría en que el paciente llegase a recibir en tiempo y forma sus vacunas. Como ejemplo, solamente el 1% de los pacientes que llegan a consulta “programada” presenta su cartilla de vacunación, el resto, cuando se les pregunta refieren que el niño tiene todas sus vacunas y cuando se les insiste punto por punto, se percatan que no tienen idea de lo que el niño ha recibido, ni cuándo, ni dónde, en muchos de los casos ni recuerdan dónde ha quedado la dichosa cartilla. Muy común, relegan la responsabilidad a la escuela o guardería aduciendo que allí las recibe y ¡todas! siendo que en dichos recintos solo aplican vacunas durante campañas, ellos, en sus requisitos de ingreso insisten en que el esquema esté completo, no son lugares destinados para aplicar vacunas.

En términos generales, biológico hay y personal encargado de aplicarlo está mal que bien; adiestrado. Es responsabilidad de los padres que sus hijos tengan las vacunas necesarias y mientras ellos no tomen su responsabilidad, continuaremos teniendo resurgimiento de enfermedades que se creían en vías de erradicación como el caso de: Sarampión, Paperas, Tos Ferina, Poliomielitis y muchas, muchas otras más.

Hoy estamos con la influenza estacional en la antesala de nuestra ciudad, se vislumbra un brote nada inocuo, biológico hay y harto, sin embargo, los pacientes se niegan a recibirlo. De cada 10 personas a las cuales se les ofrece, solo una acepta recibirla, hay muchos mitos para con ella, todos infundados, los mitos los pregonan por ignorancia. La vacuna está exenta de riesgos, no es una partícula viral, es un fragmento de partícula que no tiene ninguna capacidad de replicación, el sistema inmune reacciona al fragmento y forma anticuerpos dirigidos a la estructura viral, por eso, evita la entrada del virus.

Por mi parte, mi familia y yo ya nos la aplicamos, con los demás, seguiré insistiendo ya que mi trabajo es eso: orientar y prevenir.

Les pido de favor, cuando acudan a consulta, lleven sus cartillas de vacunación, es una magnífica oportunidad de despejar dudas y prevenir problemas.

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