LA COMEDIA POLÍTICA

El Chapo a juicio

Por Dan T.
martes, 6 de noviembre de 2018 · 00:00

Ayer comenzó el juicio a Joaquín “El Chapo” Guzmán en la Corte Federal de Estados Unidos en Brooklyn, en el meritito Nueva York. Cuentan que varios agentes gringos del FBI y del US Marshall andaban como si tuvieran paperas, porque tienen miedo -en realidad es pánico- a que el chaparrito sinaloense se les escape por entre las piernas o haciendo un túnel desde el baño de MacDonald’s. El traslado desde la cárcel hasta el juzgado fue como en las películas de La Roca, con El Chapo llevando un chaleco antibalas adentro de un camión blindado, en un convoy policiaco rodeado de patrullas y con dos helicópteros vigilando el trayecto. Igualito a como cuando sale de fiesta el hijo de algún líder del sindicato petrolero. Creo que hasta el Hombre Araña iba cuidando al jefe del Cártel de Sinaloa.

Una de las razones por las que el juicio genera tanto interés, es por saber si El Chapo tomará el micrófono y cantará como borracho en el karaoke o si se quedará calladito.

Obviamente, todo el mundo quiere que revele qué funcionarios son sus cómplices, a quiénes tenía a sueldo, cuánto les pagaba, con qué gobernantes había pactado, con cuáles gobernadores se llevaba de piquete de obligo y con cuáles procuradores tenía más amarres que una bruja.

Dado lo delicado de lo que se va a hablar en el juicio, está prohibido meter cámaras y grabadoras, además de que el jurado fue seleccionado de manera secreta y nadie conoce a quienes decidirán si El Chapo es inocente o culpable de los delitos de tráfico de drogas, contrabando, lavado de dinero y asesinato. Pero esta columna no puede dejar en las sombras a sus lectores, ¡ni que fuera la compañía de luz! Es por eso que aquí te traigo la única y verdadera transcripción de lo que se dijo en el juicio del siglo.

FISCAL: Señor juez, venimos ante usted para denunciar los delitos de asesinato, lavado dinero y tráfico de drogas. ¡Hoy venimos a denunciar a un monstruo!
JUEZ: Muy bien, ¿quién es el acusado de este monstruicidio?
CHAPO: Yo mero, míster.
JUEZ: ¿¿¿Cómo que míster??? Soy el honorable juez. Puede llamarme “su señoría”.
CHAPO: ¡Ah, órale! Es como lo vi con la bata blanca, pensé que era el de la estética de Beverly Hills que pedí que me trajeran para cortarme el cabello. Mire nomás estos pelos, su sangría, ¿así cómo quiere que me dé lo suyito la Kate del Castillo?
JUEZ: ¡Es su señoría!
CHAPO: N’ombre, míster, ojalá la Kate fuera mi señoría. Me conformo con que sea mi noviecía. Ya de perdida, mi friguaifai. Es más: con que me diera un besito en el coche, estaría yo contento.
JUEZ: No le entiendo nada de lo que dice. A ver, señor fiscal, ¿cuáles son los cargos?
FISCAL: Acusamos al señor Guzmán Loera.
CHAPO: Dime Chapito.
FISCAL: ¡Que no! Acusamos al señor Guzmán Loera de haber cometido el delito de crear todo un imperio criminal para meter toneladas de drogas, principalmente cocaína y mariguana en los Estados Unidos de Norteamérica.
CHAPO: ¡Momentito!
JUEZ: Se dice “objeción”.
CHAPO: Sí, sí, objeción porque el fiscal se está pasando de ojete. A ver, señor juez, si yo lo invito a comer a mi casa, usted llega, yo le abro la puerta, lo invito a pasar, le sirvo una cubita y unas jícamas con chilito, ¿lo puedo denunciar por haber invadido mi propiedad?
JUEZ: ¡Obviamente no!
CHAPO: Entonces yo soy inocente, míster juez. Porque yo no traje la droga a fuerza. A mí me invitaron ustedes, los gringos, me abrieron la puerta y hasta me pagaron y muy bien por toda la droga que les traje. ¿Yo los obligué? Obvio, no. Sí, yo la trafiqué, pero es porque ustedes la consumen.
JUEZ: ¡¡¡Inocente!!!
FISCAL: Pero, pero.
JUEZ: Inocente, dije. Ahora móchese, don Chapo.

¡Nos vemos el jueves!

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