LA TURICATA

Sonata en no menor

Por José Carrillo Cedillo
martes, 11 de diciembre de 2018 · 00:00
Me permití enviar una misiva al jefe de la comuna con una queja y casi dos meses después recibí una gentil llamada al teléfono de mi domicilio para decirme que pasara yo a recoger un oficio de respuesta, lo cual hice al día siguiente. Subí al despacho y me encontré con una señorita y un joven junto a ella, ambos atrás del mostrador y ante mi desconcierto y para no meter la pata pregunté: a quién de los dos me dirijo? El joven respondió: a ella. Señorita, me llamaron por teléfono para que viniera a recoger un oficio… y la respuesta, confieso que me sorprendió, eso es con él señalándome ella al joven y yo que suelo ser un metiche irreflexivo les comenté: ¿y para esto se requieren dos personas? vi sorpresa en sus miradas, lo cual, para mí, es señal de que nadie les dice eso.

Y el oficio de respuesta decía que ya se había tramitado a quien correspondía mi queja para atenderla.

Después de dos meses como no se ven los resultados de la queja envié otra misiva de la cual aún estoy esperando respuesta. Sé, desde joven que leí a Kafka, que las cosas en palacio… van despacio.

Yo que ando urgido de dinero como todos los que nos jubilamos, decidí enviarle otra misiva a la señora oficial mayor del municipio ofreciendo en venta unos de mis cuadros y de ello han pasado varios meses sin ninguna respuesta. Sé que esas personas tienen múltiples asuntos qué atender, quizá más urgentes, pero sostengo que por eso tienen secretarias, como las siete que tiene el señor director del Riviera fuera de su despacho, que no dudo que tienen mucho trabajo que hacer.

Ya dije que soy un metiche y soy tóxico viejito criticón, pero la política del silencio abre un espacio para los malos pensamientos y elucubraciones desbocadas, por aquello de piensa mal y acertarás. Para nadie es un secreto que después del señor Ruffo se puso de moda ofrecer plazas a cambio de votos y los susodichos creen que los del pueblo no nos damos cuenta de sus trapacerías y también sabemos, que ellos saben que su gran castigo es ser inhabilitados para ejercer un cargo público, en lugar de cárcel.

Caray, lástima que a mí ya se me pasó el tren, pues pelearía a puñetazos como hacen ellos por una diputación federal para tener dinero y poder ayudar a cambiar el pasto al estadio de beisbol. Como dijo en el siglo pasado el chango Zubizarreta:

Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.
Se sabe que tengo serias discrepancias con la política de la cultura estatal, me presenté ante la representante del gobernador para presentarle de viva voz mi queja y casi como un regaño me dijo que me había equivocado de oficina y me remitió a una más pequeña donde me atendió una amable señorita, quien se limitó a decirme una vez expuesto el caso, venga dentro de quince días mientras estudio su caso, a los quince días me presenté y la respuesta fue: fíjese que no he tenido tiempo de ver su caso, venga dentro de quince días, a la quinta visita ellos cuentan con que el atole ya se enfrió y no puedes argumentar que no te están haciendo caso.

jcarrillocedillo@hotmail.com

...

Comentarios