LA TURICATA

Anecdotario

Por José Carrillo Cedillo
jueves, 27 de diciembre de 2018 · 00:00

Al día siguiente de tomar el poder Adolfo Ruiz Cortines, le anunciaron la visita de un amigo.

Adolfo, vengo a felicitarte y a ver en qué te puedo ayudar si me das una chamba…

Juan, lamento decirte que llegas muy tarde, ya repartí todo…

No puede ser, revisa… algo debe quedar…

Don Adolfo condescendiente abrió el cajón derecho de su escritorio y saco una lista que revisó señalando con su dedo índice lo que iba leyendo…

…Juan, lo dicho, no hay nada,… tengo un cargo, pero no puedo dártelo…

¿Por qué?

Porque es la embajada en Japón y tú no hablas japonés…

Mira Adolfo, tú dame el nombramiento y mañana hablo japonés…

Como ésta, el mundillo del chisme político está lleno de anécdotas.

El regente (gobernador) de la Ciudad de México es un cargo muy importante por la magnitud de la ciudad, es tan grande que esta segmentada en delegaciones (como si fueran municipios y todas con su delegado). El licenciado Ernesto P. Uruchurtu fue tan buen gobernante que fue ratificado en el puesto por tres presidentes y está lleno de anécdotas. El tercero (Díaz Ordaz) después de tomar el poder, envió a uno de sus hijos a verlo con una tarjeta membretada, con el siguiente texto: sírvase ocupar en algo al portador… firma. Cualquiera sabe que esto es una orden. El señor regente tuvo la “osadía” de regresarlo con otra tarjeta que decía… no tengo en qué ocuparlo… firma. Al otro día se ocuparon los grandes titulares en dar cuenta que el Regente de Hierro, como se le conocía, había enfermado gravemente por lo que renunciaba a su cargo… como siempre, mucho tiempo después se supo la verdad. El señor Uruchurtu se fue a su rancho y se retiró de la política. Un profesor contó, en un desayuno de trabajo, que acostumbraba citar nuestro jefe muy seguido, a los postres, dijo que un hermano suyo había contendido por el PRI por el puesto de presidente municipal de Naucalpan y había ganado. Pasaron algunas semanas de lo dicho, y en otro desayuno, a los postres, dijo el profesor muy orondo, que su hermano a las tres semanas de estar en el cargo, ya tenía tres casas y un rancho… y lo dijo tan orgulloso, que sentí, lo confieso, repulsión.

Pasó un tiempo y nos contó muy orgulloso que su hermano ya había mandado construir una gran cava de vinos importados y que algún día nos iba a invitar a degustarlos. Esto no fue posible pues días después fue separado de su cargo acusado de malversación de las finanzas públicas. Misteriosamente habían desaparecido millones de pesos, y cuando se fue, se llevó hasta las máquinas de escribir.

NUNCA fue procesado. Sé que todo esto es archisabido, pero lo menciono porque esto ya se acabó, convirtámonos en vigilantes y denunciemos lo qué este mal, confiando que con ello estamos ayudando a que esto no retoñe como mala hierba en nuestro jardín. Respetuosamente invito aún a los que no votaron por el nuevo gobierno a unir fuerzas para que no sea más de lo mismo, es tarea y responsabilidad de todos los mexicanos, luchemos por cambiar las cosas empezando por cambiar nosotros, unámonos a pesar de nuestras diferencias: Einstein decía que era más fácil partir un átomo, que luchar contra un prejuicio.

¿Qué le vamos a dejar a nuestros descendientes? ¿Un país dividido?

jcarrillocedillo@hotmail.com

 

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