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¡Pues órale, loco!

Por Jorge A. Meléndez
sábado, 10 de febrero de 2018 · 00:00

“¡Pues órale, loco! No andes buscando salvación con Duarte, con tu cómplice. Vamos a vernos mañana en Álamo. Ahí voy a llegar.”.

Apenas una parte del infumable pleito de hace unas semanas entre Miguel Ángel Yunez y López Obrador. Una probadita de lo que viene en las campañas: una guerra de insultos y lodo.

Prepárese, esto apenas empieza. Ante la ausencia de propuestas y apuntalados por un electorado poco educado y la viralización que proveen las redes sociales, terminaremos inundados de estiércol.

Guerras de locos al estilo “el comal le dijo a la olla”. Tal para cual. Don Miguel Ángel, para que no se quede en vaguedades, aquí le van los 10 trastornos de personalidad (y sus posibles síntomas) listados en el manual estadístico de diagnóstico de desórdenes mentales de la Asociación Americana de Siquiatría (según un artículo de Neel Burton en Inc):

1. Paranoia. Incapacidad de confiar en otros, ni siquiera amigos o familia. Son reservados y sospechan de todo. Buscan reafirmar temores. Híper sensibles al fracaso o crítica. Se sienten humillados fácilmente y guardan resentimientos. Culpan a otros de sus temores y fobias.
2. Trastorno Esquizoide. Se enfocan a su vida interna, tienden a aislarse. Pueden parecer apartados o huraños, fantasear y mostrar indiferencia en relaciones sociales o sexuales.
3. Trastorno Esquizotipado. Rareza en comportamiento, vestimenta, pensamiento o lenguaje. Suelen tener creencias extrañas, pensamientos mágicos y sospechar que relacionarse con otros los daña.
4. Antisocial. No les importa los sentimientos de otros e ignoran reglas de comportamiento. Son irritables y agresivos. Actúan impulsivamente y no sienten culpa. Pueden socializar y ser superficialmente “encantadores”, aunque sus relaciones por lo general son turbulentas y cortas.
5. Trastorno de límite de personalidad. Emocionalmente inestables, baja autoestima y temor al abandono. Relaciones intensas e inestables. Enojos y violencia repentina, sobre todo ante críticas. Impulsivos, a veces se auto dañan. Posibles tendencias suicidas.
6. Personalidad histriónica. Baja autoestima provoca busquen llamar la atención y la aprobación de otros. Comportamientos dramáticos y superficiales. Temen el rechazo y reaccionan mal al fracaso. Énfasis en imagen.
7. Narcisismo. Sobre estiman su valía. Creen merecer todo y requieren ser admirados. Envidian al exitoso. Les falta empatía y explotan a terceros para lograr objetivos.
8. Desorden de personalidad evasiva. Baja autoestima. Se sienten poco atractivos, inferiores y temen la crítica y el rechazo. Si no se sienten seguros, evitan contacto social.
9. Trastorno de dependencia. Baja autoestima, requieren ser atendidos siempre. Necesitan ayuda para decidir. Temen al abandono. Buscan ser protegidos por los que ven poderosos o competentes.
10. Personalidad anancástica. Preocupación excesiva en detalles, listas, orden, reglas, horarios, etc. Perfeccionismo extremo impide completar tareas. Cuidadosos, rígidos y controladores. Ansiedad constante.

¡Ufff! Un catálogo que cualquier político (o líder) debería revisar. ¿En cuántas categorías anotaría a Yunez, al Rayito, Anaya, Meade, Margarita, el Bronco o Peña? Ah, y claro, a Mr. Trump (relea “Cómo lidiar con un narciso”).

Fuera de bromas, es clave detectar estos desórdenes, sobre todo en personas al mando. Su presencia puede ser muy perjudicial en la política, los negocios y la vida.

“Aunque estos trastornos difieren de enfermedades mentales graves como esquizofrenia o bipolaridad, dañan fuertemente el potencial de cualquiera”, explica Burton.

El autor del libro “El significado de la locura” estima que 10 por ciento de la población padece alguno de estos trastornos. ¡Uffff! La cifra se queda cortísima al revisar los decires (¡y los actuares!) de los que nos gobiernan y los que ahora buscan nuestros votos.

Habrá que estar muy atentos al decidir, porque si nos descuidamos, más locos seguirán dirigiendo al manicomio, ¿no cree?

EN POCAS PALABRAS.
“Mi siquiatra me dijo: estás loco. Cuando le pedí una segunda opinión me dijo: okey, también eres feo”.
Rodney Dangerfield, comediante norteamericano

benchmark@reforma.com
Twitter: @jorgemelendez

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