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Guía rusa

Por Jorge A. Meléndez
martes, 20 de febrero de 2018 · 00:00

Ahora que está de moda (y comprobada, ¡bravo, Robert Muller!) la intervención rusa en elecciones, más vale irnos preparando por si las dudas. No vaya a ser.

Revisemos algunas traducciones del diccionario político español-ruso. Imprescindibles para la era que se podría avecinar:

  • Populista: Manuelovich.
  • Populista de derecha: Trumponov.
  • Promesa de campaña: mentirstoya.
  • Licitación pública: dinerov paramiev.
  • Combate a la corrupción: da elejemplovich.
  • Mafia del poder: salinostroika.
  • Amnistía al narco: pendejshnava.
  • Colaborador: cuatosky.
  • Quitar evaluaciones magisteriales: zechingarov loschabitovs.
  • Petróleo: zolofperforyya.

Seguramente nuestros funcionarios requerirán de ayuda, por lo que Putin ya prepara a un equipo que asistiría al nuevo gabinete. Entre ellos hay grandes personajes: Anatoly Rollerovich, Yuri Robanov, Anastasia Barrafaciliev, el general Dimitry Tematov, la maestra Tania Retrogradasyeva y al juez Nikita Nidavich.

Fuera de guasa, no deja de ser una posibilidad la injerencia rusa en nuestro proceso electoral. No es que a don Vladimir le interese demasiado la política interna mexicana. Por ahí no va. Su posible plan malévolo de intervención sería para fregar a Donaldo, ayudando a que gane el candidato que le sea más incómodo (¿quién será?, ¿quién será?).

Mmmm, puede ser. Pero se me hace muy ojona para paloma. Aparte es entrar en el juego de Manuelovich, del vacilón que tan bien domina.

Quizá la manipulación electoral que debiera preocuparnos está bien cerquita, y es en español. Le platico del caso de Andrea Noel.

En marzo del 2016 la periodista norteamericana fue víctima de una “broma” en la colonia Condesa en la Ciudad de México. Un tipejo le bajó sus calzones (vea cómo en nuestros sitios).

Andrea consiguió y posteó el video y se hizo viral. Luego denunció el asalto y sufrió por meses la lentitud e ineficiencia de nuestro injusto sistema de justicia. Obvio, no le resolvieron nada. Pero aquí no acaba la cosa; falta lo más siniestro.

Resulta que las redes sociales re-victimizaron brutalmente a Noel.

“Me llegaron miles y miles de amenazas de violación y muerte. Entraban más rápido de lo que podía dar scroll a la pantalla”, explica Andrea en de The Daily Beast.

El colmo fue cuando en su departamento alguien le apuntó con un láser. Las amenazas eran ya físicas. A fin de cuentas periodista, Noel investiga y da con el orquestador de los ataques, lo que se conoce como un master troll.

Lo que le dijo el “profeta pasta” (su nombre virtual) está de locos. “Fuiste peón en un plan maestro”, le explicó a Andrea en un fascinante podcast (en inglés, escúchelo en nuestros sitios, imprescindible).

El master troll le explica que el Gobierno encontró la forma de manipular la opinión pública, algo que la periodista comprobó después con entrevistas y pruebas documentales.

Descubrió que algunas autoridades subcontratan ejércitos cibernéticos para apoyar lo que le conviene al sistema y eliminar lo que le estorba, promoviendo hashtags y llenando las redes de “ruido blanco”.

Cuando hay alguna nota muy dañina, llegan al extremo de manufacturar eventos para distraer la atención. Le llaman “cortinas de humo”, por ejemplo: “mataron a Justin Bieber” o iniciar una enorme pelea virtual con alguna frase controvertida.

O peor, como le pasó a Andrea. Fue víctima de estos mercenarios digitales, por cierto muchos de ellos chavitos.

¿Sabe qué? Ese compló me preocupa mucho más, porque no lo ordenaría Ivan Tramposvky sino don Quique Ardilla. La amenaza es mucho más cercana. Está en casa.

¡Ufff! Como si el mar de lodo en el que las campañas nos van a terminar ahogando no fuera suficiente, habrá que prestar atención a este tipo de estrategias dignas de un moderno Rasputín. Ni hablar.

Posdata. Ahí va Robert Muller. Es un investigador metódico y persistente, un sabueso. Ya comprobó que si hubo un plan Ruso (exitoso por cierto) para influir a la elección. Lo que sigue es cerrar un posible círculo sobre la colusión con colaboradores de Trump. Al tiempo.

En pocas palabras.
“Lo único que requiere el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”
Edmund Burke, escritor británico

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Twitter: @jorgemelendez

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