DESDE EL VIGÍA

Tirita Ensenada de frío

Por Editorial El Vigía
lunes, 26 de febrero de 2018 · 00:00

Aún cuando los pronósticos advirtieron que este invierno sería cálido, con temperaturas altas y poca lluvia, el frío ha calado hasta los huesos en los últimos días, debido a la entrada de frentes fríos que dejaron nevadas en las serranías de Baja California.

Sin embargo, las heladas en poblaciones cercanas a éstas han sufrido las consecuencias, debido a las bajas temperaturas en la madrugada de hasta -2 grados centígrados que han dejado un bello espectáculo natural, como escarcha en la hierba y el agua congelada, dejando un manto blanco al amanecer en Ojos Negros, así como Valle de la Trinidad y otras comunidades.

Sin embargo, a pesar que el paisaje luce blanquizco, los residentes de estas delegaciones y poblaciones sufren por lo helado, debido a que sus viviendas no están condicionadas para soportar tanto frío, no obstante, lo único que queda es “echarse” más cobijas para aguantar la noche.

Además, en la zona urbana también se sufre, debido a que la temperatura mínima en la madrugada ha descendido hasta los 2 grados centígrados, con sensación térmica de 0 grados, lo que provoca que en la mañana y en algunas zonas de la ciudad, los autos amanezcan con los vidrios con una ligera capa de hielo.

Pero aunado a esto, la Dirección de Protección Civil Municipal pronostica lluvias en la zona conurbada y nevadas en las zonas altas del municipio para los siguientes días, por lo que alertan a los ciudadanos a ser más precavidos ante el frío que se acerca.

Según la versión de varios porteños, este frío no se presentaba desde hace poco más de 10 años, cuando los cerros que se ubican por el ejido Esteban Cantú, que en Enero de ese año amanecieron con una capa blanca en la cima, lo que generó un bonito espectáculo.

Aunque el frío arreció este año y las lluvias se han presentado también, no ha sido tanta el agua que se ha acumulado, tan así, que sólo ha mojado la tierra y no ha habido mayores problemas de inundaciones por el simple hecho que no ha llovido lo suficiente ni en abundancia.

Lo único que nos queda como ensenadenses, es aguantar el frío, cuidar el agua y la presa se seca y tener la conciencia requerida para no desperdiciarla; somos muchos y hay poca agua.
 

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