ECONOMÍA Y POLÍTICA

2019 en el 2018

Por Rolando Daniels Pinto
lunes, 5 de febrero de 2018 · 00:00

 Si ya vi de lo que fuiste capaz con otros... ¿Qué me garantiza tu lealtad?

Arcángel Rojo.


La designación de la fórmula Alejandro Arregui Ibarra y Nancy Sánchez Arredondo como candidatos del PRI (sin aliados) al Senado de la República por Baja California, no estuvo exenta de jaloneos internos y del sucio manoseo subrepticio por parte de quienes hoy controlan al PRI en el Estado 29.

Efectivamente, existen versiones muy confiables de que la intención de la diputada federal Nancy Sánchez, identificada con la corriente de Fernando Castro Trenti, de buscar la primera posición en la fórmula se vio frenada por el veto de Jorge Hank Rhon, el principal contrincante del hoy embajador y quien a manos llenas definió las candidaturas a diputados federales, a la vez que bloqueaba a Nancy.

Esta añeja diferencia entre Castro Trenti y Hank Rhon coyunturalmente benefició al diputado local Alejandro Arregui, quien incrementa sus probabilidades de llegar al Senado, si es que los hankistas no le operan en contra como lo hicieron en 2013 con el candidato a gobernador Fernando Castro Trenti.

El escenario por la senaduría aún no está definido en cuanto a candidaturas; Alejandro y Nancy van por el PRI; Jaime Bonilla y alguien más irían por Morena y sus aliados; en Por México, al Frente, a pesar de no haber una definición, el ex alcalde tijuanense Jorge Ramos parece ir en caballo de hacienda; faltaría saber quiénes serían las personalidades que el PVEM y el Panal postularán al Senado.

Hace seis años Nancy Sánchez ocupó la misma posición en la fórmula priista al Senado, pero un grave error de estrategia impidió que el PRI ganara la elección, con decenas de miles de votos anulados; por carrera política y méritos propios, se creía que Nancy encabezaría la fórmula, pero en política no siempre son los méritos la razón principal en la toma de decisiones, la circunstancias también cuentan.

Como quiera que sea, el dúo priista es altamente competitivo, los dos son carismáticos, tienen buena imagen en muchos sectores de la sociedad y, a pesar de la mala imagen que se le ha generado al PRI – en muchos casos con sobrada razón – ambas personalidades parecen que pueden superar ese negativo.

Pero, el pero que nunca falta, la apuesta es muy alta; de entrada, para Jorge Hank – fuerte aliado del gobernador panista de Baja California – Alejandro y Nancy son prescindibles, sobre todo de cara al proceso local de 2019, en donde el hankismo buscará que su jefe sea candidato y gane la elección cobrándole a Kiko Vega las facturas pendientes desde 2013. He ahí el alto riesgo de la apuesta.

Si quienes impulsaron la candidatura de Alejandro Arregui no tienen un acuerdo con Jorge Hank, este último jugará bajo su estricto interés y hasta podría, con la derrota del primero, quitarse de encima para 2019 un posible jugador que no es de toda su simpatía; pero si Arregui llega a Senador, se convertiría de entrada en el candidato natural del PRI a la gubernatura en 2025, salvo que la coyuntura lo limite.

En Baja California, la elección de 2019 exhibe sus intereses en la del presente año; la fórmula priista al Senado es un ejemplo; pero igual sucede en el PAN, habría que ver qué tanto le agrada al panista número uno del Estado la eventual candidatura de Jorge Ramos y cómo actuarían él y su aliado priista.

Cuando la búsqueda por el poder supera ideologías y principios, surgen alianzas inusitadas, formales y subrepticias; nadie puede confiarse en lo que tiene a la vista, porque la política no es para ingenuos.

rdanielspinto@hotmail.com

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