PROYECTOVINO

“WOW”

Por Araceli Velázquez Córdoba
jueves, 1 de marzo de 2018 · 00:00

Hechos históricos, callejones, leyendas, cultura, patrimonios de la humanidad, la mejor ciudad del mundo, una hospitalidad generosa, paisajes como sets de película, una gastronomía deliciosa y tradiciones que perdurarán por siempre, hacen de Guanajuato uno de los estados más atractivos de nuestro país. Además de ser una importante zona vinícola que iremos conociendo con el tiempo.

En una copa de vino se encuentran las características de la tierra, del clima y del cuidado que le otorga el vitivinicultor a cada vid. El vino de la zona del Bajío, es una perfecta representación de su historia, su cultura y de su pasado generoso e independiente.

Nuestra conquista además de territorial y religiosa, fue también enológica. Hernán Cortés, al darse cuenta que las características del suelo y clima de nuestro país eran favorables para la vid, ordenó a todos los terratenientes plantar mil cepas por cada cien indígenas. En poco tiempo Guanajuato estaba lleno de producción de uva. Más tarde Felipe II ordenó la destrucción de todos los viñedos existentes.

Fue hasta después de la revolución, que la pasión y el gusto por el vino renació. Esta vez para quedarse, dando paso a una nueva etapa en la vitivinicultura de Guanajuato, que al igual que su gente demuestra una lucha incansable por su historia y tradición.

La semana pasada tuve el deleite de visitar “La mejor ciudad del Mundo”, reconocida así el año pasado por la revista Travel+Leisure de Nueva York, San Miguel de Allende. Una ciudad que encanta a propios y extraños. Cualquiera que la visita tiene recomendaciones de lo que no te debes perder y hasta te ponen en contacto con la gente de allá para que tu viaje sea memorable. Un lugar que simplemente parece sacado de un cuento o que estás participando en un sueño. Sientes que conoces a todos o ellos a ti, porque vas recibiendo saludos de todos los que se cruzan en tu camino. Me gustó como le dicen de cariño: “San Mike”.

A escasos 15 minutos de aquí, se encuentra Viñedos San Lucas.

Al llegar me encontré con un camino lleno de vides, un hotel boutique, caballerizas, un precioso sembradío de lavanda y hasta un campo de polo. Esta bodega tiene una de las más hermosas salas de fermentación que mis ojos hayan visto al igual que su majestuosa cava. La enóloga, nos daba el recorrido explicándonos el proceso de vinificación, cuando de pronto nos dice “Ahora sí, ya estamos listos para degustar nuestros vinos”. Salimos de esta sala, cruzamos un hermoso patio lleno de mesas y sombrillas invitadoras a pasar ahí el resto de tus días y se abrió una compuerta.

Sólo puedo decirles que nunca en mi vida había visto nada igual, mis labios se abrieron como cuando tus ojos simplemente no pueden creer lo que ven. Sin pensar me salieron de la boca 3 simples letras “WOW”.

El salón de guarda se encontraba por lo menos a 4 metros de profundidad por debajo del suelo y sus paredes de piso a techo se adornaban con cientos de botellas de vino. En medio y a todo lo largo de la sala había una mesa con nuestras copas, mieles, aceites de oliva y tablas de quesos de la región que te invitaban a bajar cada vez más rápido los escalones que nos llevarían a probar las delicias que se producen en esta otra maravillosa zona vinícola de nuestro país.

aracelivelazquez@proyectovino.com.mx
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