LUCES DE LA BAHÍA

El Bronco

Por Juan Zamora Hernández
sábado, 18 de agosto de 2018 · 00:00

Atacar al gobierno en turno es una de las profesiones más lucrativas que hay en nuestro querido México. Desde hace muchos años, la manera más fácil y más rápida para encumbrarse y sobresalir, o mejor dicho, salir de la pobreza es el ataque sistemático a las instituciones oficiales a como dé lugar.

De ahí precisamente salieron los líderes charros, consiguiendo con su actitud algún hueso u obteniendo canonjías o prebendas para sus agremiadas y lograr perpetuarse en el poder una eternidad. Y desde luego que los aspirantes políticos su única manera de conseguir el éxito era hacer lo mismo, y que también algunos “periodistas” buscaban con desesperación la consabida “mordida”, pero que algunos de ellos en su intento fracasaron y lo único que encontraron fue un trágico destino. (Estoy hablando de pseudo periodistas) no de los profesionales que merecen todo mi respeto y admiración por su valentía y honestidad que han demostrado a través de los siglos, como Don Filomeno Mata, los hermanos Flores Magón, Julio Scherer, por nombrar algunos y cientos de ellos o miles.

Hay infinidad de casos que se pueden nombrar, que han logrado sus objetivos marcándole todas las fallas y errores a los poderosos y potentados, para así llegar a donde ellos desean escalar. Y si no dígame cómo es que llegó a gobernador y hasta candidato presidencial el famoso “BRONCO”, con mayúsculas, porque se lo merece, y tenga usted la seguridad que va a volver a competir para el 24, siguiendo la misma táctica de todos los que han llegado, prometiéndole al pueblo lo que él quiere, que es la paz, el trabajo, la solidez económica, la salud y la seguridad, por lo que estoy seguro que va a ganar mucha popularidad al terminar su periodo como gobernador, empezará a señalar los errores que llegue a cometer o que no pueda cumplir el presidente electo, y si no al tiempo. Como ha pasado en Chiapas y Oaxaca, cerrando caminos, instigando a los grupos para hacer marchas y obstruir el paso a transeúntes y e impidiendo que puedan entrar a los comercios causando con esto el enojo de muchos, pero que halaga a toda la población que se encuentre inconforme.

Esto desgraciadamente ya lo hemos visto y vivido muchas veces, por eso es que ha habido muchas muertes y sacrificios de nuestra juventud.

Deseo de todo corazón que yo me equivoque en mis predicciones y pensamientos malévolos, pero desgraciadamente los años que me han tocado vivir, y en algunos casos que he visto, no me cabe la menor duda de que esto va a seguir porque son lecciones que todos aprenden, y practican todos los días, y si no nada más voltee su cara para todos lados y se va a encontrar con sus representantes, quienes hasta a la amante le consiguen hueso.

Con esto me despido y hasta la próxima D.M.

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