LA TURICATA

El retrato de Dorian Carrillo

Por José Carrillo Cedillo
sábado, 18 de agosto de 2018 · 00:00

Soy un caso…

Estoy en el momento en que mi andropausia se ha convertido en una pesada rémora. De joven conocí la frase que hizo seguramente algún viejito, que dice: la juventud es una enfermedad que se cura con el paso del tiempo, a mí me costó trabajo el alivio, pues mi adolescencia duró 33 años, hasta esa edad jugué futbol con los cuates. Y he comprobado ya, que la vejez es una enfermedad incurable e incluso como en la segunda ley de la termodinámica entre más pasa el tiempo más se agrava.

Cuando daba clases en la universidad aquí en Ensenada, una mañana iniciaba mi exposición ante el grupo, cuando una señorita levantó el brazo pidiendo la palabra…le dije cortésmente: adelante…cediéndole la palabra.

-Maestro, ¿su auto es de color azul?... confieso que la pregunta me tomó completamente desprevenido, pues supuse que su intervención era para comentar algo del tema.

-Contesté: sí…

- Pues lo dejó usted encendido…

¡CHISPAS…!

Después de darle las gracias, salí apenado rumbo al estacionamiento y comprobé que efectivamente estaba andando el motor, traté, tontamente, de abrir y vi que las llaves estaban pegadas… luego entonces, fue que bajé y puse el seguro sin tomar las llaves, pues obviamente tenía en la cabeza ya, lo que iba a exponer al grupo… sí, pero ¿cómo resolver el galimatías?... Nada, a seguir en la brecha.

Recientemente una noche, me preguntó mi esposa: ¿fuiste al baño? Sí…

¿Te lavaste las manos? Como buen tonto que soy me sentí ofendido… sí…

Pues dejaste las llaves abiertas en el lavabo… ¡DOBLE CHIN…!

Con la cola entre las piernas fui a cerrar las llaves y a pedir disculpas.

Ayer salí al patio por el periódico y no me percaté de que estaba solo en la casa, de tal modo que se cerró la puerta y al meter la mano en el bolsillo, no traía llaves, pues uso otro pantalón para trabajar en mi taller. Me quedé más de dos horas leyendo en el jardín hasta los anuncios clasificados, hasta que regresó mi bella del mercado.

La andropausia es el período en que los hombres no aceptamos que estamos envejeciendo y hacemos ejercicio para estar en forma y nos sentimos irresistibles con las damas, por eso el dicho de VIEJO VERDE. Le regalé a mi esposa un libro que lleva como título COMO VIVIR CON UN HOMBRE EN LA ANDROPAUSIA… de ahí los datos.

Ella dice que tiene cosas más importantes que leer.

Hace poco tuve que salir al centro al correo y tomé un camión urbano, pues claro, tengo prohibido por mis médicos manejar mi auto, por la edad, ¿saben? Una amable señorita se levantó y me cedía el asiento que ella ocupaba, pensé: ¿estoy tan viejo?... lo más amablemente que pude le agradecí su bello gesto, pero no acepté… ¿hice mal?

Fui al sindicato de maestros del que soy miembro, con la intención de pedir un préstamo y el encargado sólo de verme me dijo, SIN PREVIA ANESTESIA: no podemos prestarle a usted, está muy grande … ¡CHANFLE!

Y yo que me la llevé al río creyendo que era mozuela...

JOY LAVILLE pintora y viuda de Jorge Ibargüengoitia, recientemente fallecida, con todo mi dolor, pues la admiro mucho, mencionó en una entrevista: “…dicen que hay gente que toma para olvidar… a mí se me olvida donde dejo la botella…”.

Compré en una papelería una libretita de bolsillo para anotar las cosas y evitar que se me olviden…

¿Alguien la vio por ahí? … recuerdo que es azul…

Lo dicho: voy pa’ viejo… y lo que falta…

...

Comentarios