LA COMEDIA POLÍTICA

La casa de las Elbas

Por Dan T.
martes, 21 de agosto de 2018 · 00:00

¿Sabes qué es lo que no soporto de los políticos? Que hagan dramas. ¿Acaso no saben que todos los que somos hijos de una madre mexicana ya estamos curtidos en el chantaje sentimental?

Los políticos mexicanos creen que si nos hablan de forma melodramática, les vamos a creer que son lindas personas que sólo buscan el bien del país. No entienden que sus discursos a mí no me conmueven porque cuando yo era chico no me comía el pescado, pese a que mi madre me decía que en África había miles de niños que no tenían ni un pedazo de pan para llevarse a la boca.

¡Uy! Cuando mi madre sospechaba que le estaba diciendo una mentira, me aplicaba una prueba más efectiva que el polígrafo para obtener la verdad. Me preguntaba: “Si lo que estás diciendo no es cierto, ¿que me muera?”. ¡Madres! ¿Qué hace un niño ante tamaña responsabilidad? ¿Confiesas que sí fuiste tú quien le vendió al ropavejero ese jarrón viejo que creías que no servía porque decían que el cristal estaba cortado? ¿O con una parte de tus ganancias comprabas flores para el velorio de tu santa madre? Difícil decisión. Por supuesto, siempre terminaba confesando, pues era demasiado peso para mí la idea de que mi mamá se muriera. Pero un día me volvió a preguntar “¿Que me muera?”. Y yo dije muy seguro por fuera aunque temblando por dentro: “Sí, claro”. Pasé toda la noche sufriendo con la idea de que mi mentira matara a mi mamá. A la mañana siguiente descubrí que no había muerto y también descubrí que aquello era puro cuento.

Después de haber pasado por semejante experiencia, ¿tú crees que le voy a creer a Elba Esther Gordillo cuando dice que fue víctima de una venganza política y que ahora sí se va a trabajar en la defensa de los maestros? La temible maestra reapareció ayer, justo ayer que inició el nuevo ciclo escolar, y lo que dijo, en pocas palabras, fue que ya regresó por lo suyo. Es decir, viene a tomar de nuevo el control del sindicato de maestros. “Mi lealtad y mi lugar siempre ha estado y estará al lado de los maestros y las maestras de México, y de la defensa de la educación”, dijo Gordillo sin morderse la lengua, pues no se recuerda un solo maestro que se haya enriquecido tanto como ella. Vaya, ni siquiera los invitaba a su mansión en San Diego a pasar el fin de semana.

Lo que sí me sorprendió de la maestra Gordillo fue su aspecto. Después de cinco años en la cárcel, luce como si no hubiera pisado nunca una celda. Wait! De hecho, la señora estuvo en la cárcel, pero jamás estuvo en una celda como el resto de las reclusas. A ella la tenía en la enfermería, que es como la sección VIP del reclusorio femenil. Ahí recibía visitas y tenía como servidumbre a un grupo de internas que hasta masajito le daban. Siendo sinceros me veo más jodido yo un sábado en la mañana después de una noche cubera, que Elba Esther después de un sexenio en el bote.

“Hoy, esta guerrera está en paz”, dijo la maestra mientras limpiaba la espada de Game of Thrones con la que planea ir a cortarle los huevos a todos los que la traicionaron, empezado por el actual dirigente del SNTE, Juan Díaz de la Torre. Ese tipo debe estar en este momento más nervioso que Mauricio Clark en una salchichonería.

Y así como en “La Casa de las Flores” nada es lo que parece, en la caso de Elba Esther ahora resulta que la maestra se volvió santa, pues dijo algo así como que “lo que viene debe plantearse con cuidado, sin obsesiones y sin odios, sin rencores por el pasado, y pensando en el futuro. Trabajando siempre por el bien de la patria, el pueblo”. Apúntenle otro milagro a San Amlito. ¡Amén!

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