DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Buen Morir

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 23 de agosto de 2018 · 00:00

Nos preparamos para todos los aspectos de nuestra vida y lo único seguro que tenemos en ella es que nos vamos a morir, la muerte no es el enemigo a vencer y sí en cambio, el anhelo es vivir más y lo mejor posible y tal y como se han dado los avances en la ciencia, la expectativa de vida va incrementándose cada vez más, y mucho es gracias a los cuidados paliativos, sin embargo, vivir más no necesariamente es vivir mejor.

El innegable avance de la ciencia nos ha permitido tener control sobre muchas enfermedades, lo que ha condicionado en varias, mortales por necesidad, prolongar su curso al realizar detección oportuna y limitando el daño, a pesar de los cuales muchas de ellas continuaran su curso, aunque más lento y controlado, pero finalizando con la muerte. Este retraso en el evento final, conllevará procedimientos, medicación, estudios, accesorios, cirugías, los cuales repercuten en la economía, el dolor y la limitación social y funcional. No nada más se ve afectado el doliente, los familiares entre más cercanos, les afecta más. Un hijo vive en San Francisco y otro vive con su padre enfermo, a ambos les duele, pero el que batalla está es el que está con él.

Toda atención en salud tiene un costo y hay un gran aparato comercial con grandiosas ganancias, sea pagado por el erario público o por el bolsillo del contribuyente, situación cada vez más frecuente. El prolongarle la vida a un familiar, es un derecho, pero más derecho tiene el paciente. La última persona que he visto morir con dignidad fue mi abuelo hace como cincuenta años: en su cama, despidiéndose de su familia y sin ningún artefacto, solamente su conciencia. Muchas veces les negamos un BUEN MORIR.

Cada vez más personas libremente expresan su sentir en relación a como pasar su etapa de vida y tener un BUEN MORIR, ya no es un tabú hablar de ello. Varios países ya han cambiado su legislación: Bélgica, Finlandia, Alemania, Luxemburgo y Holanda. Australia y Japón han logrado avances significativos en esta materia, al igual que Uruguay y Colombia. En los Estados Unidos, la muerte asistida es legal en los estados de California, Colorado, Hawai, Montana, Oregon, Vermont, Washington y el Distrito de Columbia.

Otra vez la pregunta ¿Y México, cuándo? Recientemente Juan Ramón de la Fuente y otros académicos de la UNAM realizaron un foro sobre La Muerte Asistida: Aspectos Médicos, Filosóficos y Jurídicos en la sede de la Academia Nacional de Medicina. Lo que nos dice que ya hay personajes clave tratando de modificar nuestra actual legislación.

En lo personal yo estoy haciendo mis acciones, primeramente, quiero vivir de la mejor manera, por lo que estoy modificando mis hábitos alimentarios, de esparcimiento, deportivos y preparándome cada vez mejor. No quiero que mis amigos sufran mi pérdida y sí en cambio me gustaría poder acompañarles a un buen morir. Al único que puedo cambiar es a mí mismo, si mis amigos no cambian, haré lo posible por acompañarles y asistirles en medida de lo deseable y posible.

Lo siguiente, tomado del discurso de Juan Ramón de la Fuente, Profesor Emérito de la UNAM

Suspender medidas de soporte vital, indicar un proceso de sedación terminal o asistir a alguien que ha decidido no prolongar más su sufrimiento son, todas ellas, decisiones difíciles. Los tiempos actuales, y los que vendrán, nos obligan a revisar nuestros marcos de referencia legales, pedagógicos, éticos y profesionales, acaso para corregir ciertos rumbos. Pienso que, gracias al impacto que han tenido la ciencia y la tecnología en la medicina, hemos avanzado más en tratar de salvar vidas que en evitar el sufrimiento y preservar la dignidad de los enfermos. Hablar de la muerte y reflexionar sobre ella no sólo nos deja pensativos sino que, como diría Fernando Savater, nos vuelve a todos un poco pensadores. Y si eso nos humaniza, pues bien vale la pena hacerlo.

* Médico Pediatra. Represente APROLAM en Baja California
sicardi53@gmail.com

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