LA TURICATA

A luchar por la justicia

Por José Carrillo Cedillo**
sábado, 25 de agosto de 2018 · 00:00

En mis tiempos había un programa en la televisión titulado Guardianes de la Bahía, lo integraban un muchacho alto rubio de ojos azules, luego, guapo según los estándares de belleza para los hombres del mundo occidental, también había jovencitas bellas y superdotadas que nadaban súper. El trabajo de todos era vigilar el mar desde su atalaya y correr raudamente si alguien estaba en peligro de ahogarse en la playa que estaba a su cargo. Supongo que no devengaban ningún sueldo, eran voluntarios, aun así eran sometidos a duras pruebas para asegurarse de que de verdad podrían salvar a un ser humano. Emulable desde mi inexperto punto de vista, ya que todo les copiamos.

En ese tiempo joven actor, sigue filmando una serie que parece financiada por él mismo pues la condición es que en cada capítulo dentro del diálogo de los actores, sin que tenga nada que ver, se aclare que él es aquel que salvaba a los que tenían problemas. Y claro, se ilustra con fragmentos de aquel programa. En mi caso, que desde muy joven me convencí que no doy el perfil, pues no tengo ojos azules y por más que hice ejercicio no crecí nada, tuve que convencerme, después que mi maestra de biología me explicó aquello de la herencia, que iba a permanecer flaco como nací, además de que no soy buen nadador, de hecho no soy bueno en nada, y menos en el mar al que respeto profundamente, me hubiera salvado él o la que supuestamente yo iba a salvar.

Nuestros buenos vecinos (nosotros somos los buenos y ellos los vecinos), han pasado por hitos históricos muy relevantes, tuvieron un presidente de color y por un pelito, dicen que ruso, el pelito, iban a tener la primera mujer, pero a cambio tienen el gran ícono del capitalismo, un gran empresario triunfador ya está al frente. Por el salón oval ya había estado un empresario que hizo fortuna vendiendo cacahuates, pero se queda muy chiquito al lado del nuevo. También estuvo un actor hollywoodense que veía enemigos hasta en la sopa que le servían, él creó una cortina espacial para detener los misiles enemigos según lo convencieron sus generales, decía, para entonces los adorados rusos ahora , eran sus mortales enemigos, como antes fueron los nazis y los japoneses y una larga lista de enemigos incluidos nosotros… ellos nacieron para guerrear, son como los apaches, cuando no están en guerra… es que están haciendo flechas, ya saldrá un nuevo enemigo… y que se cuide.

El nuevo emperador ya dio la orden: se crea la fuerza de Guardianes de la Galaxia, un programa evidentemente más amplio cuyos protagonistas son los encargados de vigilar que ningún enanito verde malandro extraterrestre, atente contra los millones de sucursales de Oxxos y MacDonals en toda la galaxia, pues tienen que entender, los extraterrestres, que el modo de vida del imperio es el mejor y es eterno. Bellas jovencitas conducirán las velocísimas naves y sólo deseo que una de mis nietas sea una de las capitanas.

Y yo, que modestamente me conformaría con que me lleven aquí cerquita, nomás a Egipto, por favor…

Aunque ya razonando un poco, los que saben de esto, el astrofísico Santiago Vargas, a la pregunta ¿cuántas estrellas tendrá la galaxia?... la respuesta más honrada, dijo, no lo sabemos… es como tratar de calcular cuántos granos de arena hay en las playas. Por lo que los vecinos tendrán que hacer una bandera mucho más grande para que quepan más estrellas.

Ojalá, no seamos nosotros una de las nuevas…
 

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