AJEDREZ PÚBLICO
Pronostico de grandes días
Por Alfonso Torres ChávezEl horno no está para bollos. O al menos, no por lo que resta del sexenio. Con un pronóstico devaluatorio para diciembre, si la cosa no mejora, los bancos están llenos como si estuviesen regalando los créditos o se presentaran facilidades de pago.
Los créditos, préstamos o cualquier otro instrumento mercantil que se le parezca están sujetos a aprobación.
Desde la época colonial siempre hemos vivido con el alma en un hilo, hemos pagado empréstitos desde la época de la colonia, y hasta bien entrada la década de los 90s seguimos pagando las consecuencias de una pésima administración pública.
Los mexicanos estamos sentados sobre el charco de la abundancia y lo hemos estado siempre, pero no queremos o no sabemos administrarlo.
La economía de la clase es la que sostiene la estructura completa del país, y no tenemos muchas opciones porque las grandes empresas no pagan un solo centavo de impuestos.
Quizá por eso la Secretaría de Hacienda, a través del SAT, se dedica a perseguir a todos aquellos contribuyentes que sí pagan sus contribuciones.
Pero las personas morales no aportan lo que deben a la administración pública con todo y lo que marca el artículo 31 constitucional en su fracción IV.
…ES OBLIGACION DE LOS CIUDADANOS MEXICANOS APORTAR A LA HACIENDA PÚBLICA.
Habemus impuestos.
Mientras tanto, todos seguimos pagando, pero los grandes empresarios bien gracias.
Mientras se acerca el final del sexenio lo único que nos queda es esperar a que nuestros ahorros que no estén convertidos en divisa verde se vuelvan polvo.
Los ciudadanos con cuentas bancarias en Estados Unidos ya están haciendo lo mismo que previo a la crisis de 1982 con José López Portillo: cambiar sus pesos a dólares y meterlos a fondos de inversión en bancos… de Estados Unidos.
En Estados Unidos también hay crisis económica, pero no es lo mismo tener divisas en dólares, porque la fortaleza de la moneda no se dispara aunque la bolsa caiga algunos puntos, y en caso de aquí así sea existen seguros bancarios que cubren las inversiones contra una crisis o contra la pérdida de poder adquisitivo del dinero.
Ahora lo único que nos queda es esperar.
Sí, esperar, para saber si tendremos que sortear otra vez, una crisis más de aquellas que no se destienten desde la década de los años 70.
Con Echeverría, el peso se fue hasta 70 por uno, y con Lopez Portillo repetimos la dosis cuando nos dimos cuenta que el petróleo no salvaría al país de su crisis de liquidez, y el gobierno se dedicó a hacer inversiones, por lo que llegó el momento -dato curioso- que el Estado mexicano llegó a tener un casino que era el único del mundo que perdía dinero.
En la próxima más información.
alfonsotorr@gmail.com
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