DESDE HOLANDA

Bancos, multas y narcos

Por Dianeth Pérez Arreola
miércoles, 12 de septiembre de 2018 · 00:00

El banco holandés ING acaba de llegar a un arreglo por 775 millones de euros para evitar una investigación por lavado de dinero. Los fiscales dan por seguro que la entidad financiera tuvo deficiencias en el control de operaciones sospechosas del 2010 al 2016.

El truco que permite a los bancos “escapar” de sanciones más duras, como por ejemplo la prohibición de operar en determinado país, es una multa para poner fin a una investigación mediante el pago de sumas que son significativamente más bajas que las obtenidas mediante el lavado de dinero.

Es como si un extorsionador que pedía 5 mil dólares a sus víctimas, y cuya culpabilidad está probada por el fiscal, tuviera la opción de llegar a un arreglo económico para no llegar a juicio e ir a la cárcel, pagando sólo 500 dólares.

HSBC pagó mil 460 millones de euros en 2012 para evitar cargos criminales por lavado de dinero; la suma más alta hasta ahora. Citigroup acordó el año pasado el pago de casi cien millones de dólares por el mismo motivo, así como Wachovia, que pagó 160 millones de dólares en 2010. Los tres casos tienen que ver con lavado de dinero de cárteles mexicanos.

Apenas a principios de este año, otro banco holandés, el Rabobank llegó a un acuerdo con la justicia estadounidense por 370 millones de dólares, al quedar demostrado que no solo no había ningún control propio de operaciones sospechosas, sino que burlaban los controles que venían de las autoridades.

Este caso también tiene que ver con cárteles mexicanos, pues las alarmas vinieron de la sucursal de Rabobank en Calexico, California, que recibía tanto efectivo que se habla de vehículos blindados que recogían diario el dinero para repartirlo en otras sucursales. Por si fuera poco, este banco ya había pagado una multa de más de mil millones de dólares por manipular tasas de interés referenciales en 2013.

Aunque el caso quedó zanjado en Estados Unidos, en Holanda hay una demanda pendiente contra Rabobank por parte de activistas mexicanos, quienes acusan al banco de ser co-partícipe de la violencia en México al aceptar y lavar dinero del narco.

El argumento de “deficiencias en todos los niveles de gestión” culpa a todos y a nadie, y como en casos anteriores, nadie pisará la cárcel en el caso de ING. El director de esa entidad financiera, Ralph Hamers no renunciará a su cargo, como pide parte de la población holandesa en los medios y en las redes sociales desde que se supieran los detalles del caso. Eso sí, anunció que él y los demás miembros de la junta directiva renuncian a su bono de este año.

Apenas en marzo, ING desató la ira de los holandeses al anunciar que le subía el sueldo a Hamers un 50 por ciento, para otorgarle 3 millones de euros por año. Las críticas fueron tan fuertes que a los pocos días el consejo de administración de ING dio marcha atrás. Y este es el banco más grande de Holanda; el mismo que fue rescatado por el gobierno en 2008 mediante un préstamo de 10 mil millones de euros.

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