BAJO PALABRA
Trabajo nocturno
Por Hadassa Ceniceros
Trabajó media vida en lugares oscuros
era guardia de noche en un lejano museo de palabras
caminaba entre ellas tomando con cuidado las letras menos utilizadas
guardaba en su gran bolso tarjetas con sus notas
en tiempos de descanso jugaba a tejer versos
Buscaba entre sus cosas las mejores ideas
Sus tarjetas decían: estrellas, alborada, melancolía, evocación
Hizo así colecciones pequeñas de poemas
él sólo los nombraba “pensamientos”.
Los años pausaron su paso por las galerías
del almacén de libros
el viejo siguió coleccionando nombres
su bolso ya llevaba palabras más palabras
espejo, sortilegio, muertes, enigmas, oxímoron,
cifra, magia, torbellino, nomeolvides,
espejos, universo, olvidos, amor.
En tardes de ocio, cuando llegó el tiempo
volcó su bolso sobre la mesa
recuperó en mensajes tiempo de otros
de hombres, mujeres y de niños.
Se encontró en todos ellos
un espejo al lado de otro multiplicó
su rostro y sus recuerdos
A la distancia sinfín de una luna plateada
alcanzó a ver vida cuando nació, pequeño y desnudo
se halló igual a todos y sin embargo era diferente.
Desde la mirada en el presente, el pasado
cobraba dimensiones claras.
La soledad de viejo permitió
Recorrer en silencio amaneceres limpios
Alegrías olvidadas.
Las letras ordenadas en recuerdos
le llevaron, después de los olvidos
al tiempo del placer y la esperanza.
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