LA TURICATA

El Amargo

Por José Carrillo Cedillo
sábado, 19 de enero de 2019 · 00:00

El escritor norteamericano Ambrose Bierce nació en Ohio, EU en 1842, su estilo y contenidos crítico-satíricos le ganaron el mote de AMARGO. Se cuenta que por no aguantar a su familia -fue el décimo de trece hermanos- se alistó como voluntario en el ejército en la Guerra Civil, donde participó en batallas, mismas que utilizó su experiencia vertiéndolas en algunos de sus cuentos y en el ejército alcanzó el grado de capitán, mismo que no le fue reconocido en San Francisco una vez que terminó la guerra y en protesta a ello renunció. Contrajo matrimonio con Mary Ellen Day con quien procreó dos hijos y una hija, se fueron a Londres donde se inició como escritor y periodista. Y su estilo se caracterizó por su constante uso de la sátira y la ironía.

Regresaron a San Francisco donde trabajó en diarios del famoso William Rudolf Hearts, mismo que es el personaje central de la gran película de Orson Welles, El Ciudadano Kane., en esa época fue gran amigo y admirador de Mark Twain. Trabajó en periódicos de Hearts, hasta 1906. De Washington partió para visitar los viejos campos de la Guerra Civil y de ahí se cruzó a México por El Paso, Texas, hacia Ciudad Juárez, donde se unió al ejército de Francisco Villa en calidad de observador. Ahí se pierde su rastro y no se supo qué fue de él. La Enciclopedia Británica da cuenta de que en Ojinaga, en esas fechas murió un gringo viejo y Carlos Fuentes escribió un libro titulado así: Gringo Viejo, del que hicieron una película, protagonizada por Gregory Peck y Jane Fonda.

De sus libros, tengo dos: Cuentos de Soldados y Civiles y Diccionario del Diablo.

De este último tomo algunos ejemplos al azahar:
Es un lexicógrafo que flagela con fría delectación los basamentos consagrados en la sociedad humana.

En sus mejores momentos, en el apogeo de su asco, nos dice Cioran, es como si se le hubiera infiltrado en el cerebro una rata para soñar en él.

AMISTAD. Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno solo en caso de tormenta.

ESPALDA. Parte del cuerpo de un amigo que uno tiene el privilegio de contemplar en la adversidad.

DUELO. Ceremonia solemne previa a la reconciliación de los enemigos. Para cumplirla satisfactoriamente, hace falta gran habilidad; si se practica con torpeza, pueden sobrevenir las más imprevista y deplorables consecuencias. Hace mucho tiempo, un hombre perdió la vida en un duelo.

CEREBRO. Aparato con que pensamos que pensamos. Lo que distingue al hombre contento con “ser” algo del que quiere “hacer” algo. Un hombre de mucho dinero o de posición prominente, tiene por lo común tanto cerebro en la cabeza que sus vecinos no pueden conservar el cerebro puesto. En nuestra civilización y bajo nuestra forma republicana de gobierno, un cerebro es tan apreciado que se recompensa a quien lo posee eximiéndolo de las preocupaciones del poder. Y esto último, síntesis y clave del trastrueque universal.

BLANCO. Negro.

ABANDONADO. El que no tiene favores que otorgar.

AÑO. Periodo de trescientos sesenta y cinco desengaños.

APLAUSO. El eco de una tontería

ANTIPATÍA. Sentimiento que nos inspira el amigo de un amigo.

MACHO. Miembro del sexo insignificante. Es conocido como simple hombre y tiene dos variedades: buenos proveedores y malos proveedores.

La desaparición de Ambrose Bierce sigue siendo un misterio a resolver.

jcarrillocedillo@hotmail.com

 

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