Escuelas públicas para Ensenada

A principios de este mes, en el periódico de mayor circulación en esta ciudad, El Vigía, apareció una nota en la que el señor Miguel Ángel Mendoza Gonzales, secretario de Educación de Baja California, afirma que en el año próximo pasado (2018) se había invertido en obras para la rehabilitación de escuelas cerca de los mil millones de pesos (967,000,000.00) en la reparación de aulas, sanitarios, mobiliario, y útiles para mejorar las condiciones de trabajo de todo el estudiantado del estado.

Esto me pareció que ya era hora, que se hiciera y que le dieran una revisadita a las escuelas, porque honradamente había algunas que daba asco entrar a los sanitarios, y no nada más eso, sino que las ventanas no tenían cristales, las puertas inseguras, por los malandros que no estudian pero que sí visitan las escuelas para llevarse todo lo que para ellos -los malandrines- tenga algún valor.

Esta noticia me pareció excelente, y que bueno que el señor gobernador se preocupe por nuestra juventud, para que Baja California siga prosperando.

Hasta aquí, vamos bien. Pero da la casualidad de que en más de veinte años, aquí en Ensenada no se ha construido una sola escuela primaria ni secundaria, y menos preparatorias públicas, y las que sí se han edificado todas son privadas, pero públicas ni una, y si las han construido que digan dónde, porque se da el caso de que, al empezar el año escolar hay colas enormes de gente que quiere inscribir a sus hijos, y no hay cupo. Ahora bien, hay escuelas particulares, pero cobran un ojo de la cara, y hay miles de familias que no tienen para pagar la renta de su casa, menos van a tener para pagar la educación de sus hijos, y ¿qué es lo que pasa?, que tiene que esperar otro año para que puedan entrar y seguir sus estudios.

Y el problema no nada más es en la educación básica, sino que la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), no alcanza a proporcionar los suficientes espacios para la matriculación de los nuevos alumnos que desean continuar con sus estudios y superarse obteniendo una carrera universitaria, y muchas veces los que sí tiene la suerte de entrar a la universidad tienen que optar por otra carrera diferente a la de su interés debido a que no hay cupo en su especialidad.

Por eso es que Ensenada cuenta con más universidades que ninguna otra población de México, esto desde luego es por número de habitantes, y lo peor son las cuotas que cobran por estudiar una carrera a los alumnos, o mejor dicho sus padres, quienes tienen que pagar por lo menos cinco mil pesos mensuales por la colegiatura, y eso en las más nuevas, porque las que ya tienen cierto prestigio son mucho más caras.

Ojala que en este último año de la actual administración, hayan considerado la construcción de escuelas; sería un verdadero acierto ayudar a la juventud a seguir sus estudios y una ayuda a los pobres padres de familia que con tanto sacrificio quieren que sus hijos sean hombres y mujeres de bien, para el progreso de nuestra patria y mejores condiciones de vida para los niños del futuro.

Y con esto me despido, anhelando con desesperación que haya lugar en las escuelas para todos los niños y jóvenes de Ensenada y de Baja California. Hasta la próxima .D.M.