ECONOMÍA Y POLÍTICA

Lluvia ácida

Por Rolando Daniels Pinto
lunes, 21 de enero de 2019 · 00:00

Cuando los males materiales invaden los ánimos y destruyen ilusiones, sobreviene la desgracia social

Arcángel Rojo


Tristeza, vergüenza, desesperación, decepción, coraje, impotencia, frustración; todo lo anterior y más son las sensaciones que provoca el actual estado de los servicios municipales en Ensenada, desde el alumbrado público, hasta la recolección de basura, pasando por calles sucias y destrozadas; la insuficiencia de policías y, como resultado, una vigilancia precaria en patrullas con escaso combustible.

Pareciera que sociedad y gobernantes vivieran en un mundo distinto en el mismo espacio; tanto así que el alcalde Marco Novelo – palabras más, palabras menos – se atrevió a decir que sean los ciudadanos quienes lo califiquen tanto a él como a su administración. ¿Acaso no lee la prensa y las redes sociales?

Por más simpatías que pudiera generar como persona, es indefendible el evidente cúmulo de basura por doquier y el pésimo estado de las calles, aun y cuando hizo un esfuerzo notable en 2018 por pavimentar con concreto hidráulico algunas vialidades, pero el clima desnudó la mala calidad de algunas obras.

Como dice una dama ensenadense, pareciera que en Ensenada llueve ácido, porque cada precipitación pluvial deja en peor estado las vialidades de la ciudad, con hoyancos en zonas recién reencarpetadas o bacheadas; peor aún, en una ciudad que presume ser turística y con un alcalde empresario de ese ramo, los visitantes se pasean entre charcos inmundos, basura en las banquetas, calles sucias y destrozadas.

Lo más triste es percibir cómo el residente de Ensenada se va acostumbrando a toda esta desgracia aprendiendo a conducir esquivando tanto bache y a ser visualmente indolente ante el cúmulo de basura, casi resignado y convencido de que todo ello no tiene solución o que nadie sería capaz de corregirlo.

Pareciera que conceptos como talento, ingenio, innovación, compromiso, orden y respeto, fueran ajenos a los ensenadenses y sus gobernantes; ante la incapacidad manifiesta del gobierno de mantener una ciudad limpia y ordenada, sobreviene la actitud ciudadana de indiferencia y menosprecio por todo.

De esta suerte, la lluvia ácida no sólo destruye las calles de Ensenada, sino también el ánimo de miles de sus residentes, quienes desesperados consideran que violar toda norma y faltarle el respeto a la autoridad y a sus conciudadanos es su derecho como acto de rebeldía ante la ineficacia del gobierno.

Tristemente, la actual administración municipal no encuentra cómo resolver los problemas; y es que a dos años de distancia se le agotó tanto el tiempo como el argumento de culpar al pasado; a tal nivel están las cosas que el alcalde Marco Novelo declinó buscar la reelección, quizá decepcionado también porque la estrategia administrativa y parte de su personal no funcionaron como esperaba y deseaba.

Así, la ansiada reingeniería – divisa de campaña – nunca llegó, tal vez también fue víctima de la lluvia ácida. Lo cierto, es que Ensenada se mueve más por inercia que por un impulso aplicado a conciencia, ello a pesar de las nuevas inversiones y las mejores intenciones de algunos organismos empresariales.

La sinergia – otro concepto en desgracia – necesaria para construir una ciudad ordenada, segura, limpia y atractiva para nuevas inversiones, para conformar una sociedad solidaria, responsable, comprometida y más productiva, y con todo ello una Ensenada competitiva, requiere de nuevos y mejores liderazgos.

Marco Novelo entregará el gobierno municipal, quien llegue requerirá de una amplia presencia social, no sólo en las colonias populares, para así construir una sociedad solidaria y responsable; también una gran capacidad de negociación política para liderar la conformación de las sinergias que reanimen a los distintos sectores sociales en aras de un mayor bienestar. No menor será la tarea de mejorar los ingresos municipales y abatir el gasto corriente, sobre todo ahora ante la desaparición del Ramo 23.

Ensenada requiere una sociedad con ánimos e ilusiones renovados, que comprometa a sus gobernantes a ser capaces de controlar y contrarrestar esa lluvia ácida que le ha destruido algo más que vialidades.

rdanielspinto@hotmail.com

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