LA MARAÑA CÓSMICA

Físicos y economistas, todos en el mismo saco

Por: Dr. Rolando Ísita Tornell*
lunes, 14 de octubre de 2019 · 00:00

Decía el pionero de la divulgación de la ciencia, Luis Estrada, “cuando uno escucha decir que la ciencia nos ha traído sólo desastres, nos enseña dos cosas; por un lado el abuso de la ignorancia, no del conocimiento, y por otro la incomunicación que hay entre la sociedad y la ciencia”. Para México, yo agregaría al Estado.

El presidente desdeña “al científico que hace una bomba atómica para destruir”, un día después que la Academia Mexicana de Ciencias y Conacyt firmaron un acuerdo de colaboración, ¿la pipa de la paz entre una representación de la comunidad científica y la gestora estatal de la ciencia? Quizás.

Don Andrés Manuel reiteró su total apoyo a María Elena Álvarez Buylla, pero después nos dejó ver que, para él, científico es todo aquél que tenga doctorado sin distinguir si es economista o nanocientífico, a todos en el mismo saco. Lo mismo el que hizo su doctorado en “las universidades más caras y nos impuso gobiernos neoliberales”, (…) “como los científicos de Porfirio Díaz”, “que el que hace una bomba atómica para destruir”.

Me pregunto si María Elena Álvarez hará algo para sacar a su jefe de la confusión, o algo peor, que ella también crea tal confusión. ¿La ciencia que estudia la naturaleza, el cosmos, la vida y a los humanos como especie biológica?, o ¿la que estudia la complejidad de las conductas sociales de la especie y sus modos de sobrevivencia? No son iguales, sus objetos son distintos.

Sí, en efecto, varios de los más brillantes físicos y constructores de la física moderna en el siglo veinte construyeron dos bombas de fisión atómica.

Lamentablemente esa es una versión sesgadamente cierta que deambula en el imaginario colectivo mundial, parcial, fuera de contexto histórico, político, social, bélico y geoestratégico. Con una roca esculpes una figura o le rompes la crisma al prójimo, depende quién la use.

Así con la ciencia, pero con algo muy importante de aclarar. Dividir ciencia y tecnología ha sido un absurdo, una sin la otra no existiría. Le invito a que experimente y comprenda la diferencia. Escriba en un papel E=mc2 ¿Sucedió algo extraño? Eso es la ciencia básica, es solo la expresión matemática de la equivalencia de materia y energía. Pero distinto es coger un kilo de Uranio, partirlo a neutronazos y obtener una poderosa energía que fundirá todo en kilómetros a la redonda, eso es ciencia aplicada que generará tecnología de bombas atómicas.

Con ese conocimiento también producimos partículas que nos ayudan a derrotar al cáncer, que nos permite alumbrar metrópolis enteras, mover gigantescos barcos, que nos asiste para entender a otros elementos. Todo depende quién y para qué use el conocimiento.

El comportamiento humano lo estudian las ciencias sociales. Muy importantes las dos, pero no son lo mismo, señor presidente. Sin ciencia, sin los científicos, no habrá progreso ni sólida transformación, aunque le caigan mal… Tal vez no los conoce, no nos lo enseñaron en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y ellos tampoco han hecho un esfuerzo importante para que los conozcamos y su quehacer emocionante y sorprendente, la ciencia, tan necesaria para nuestro doliente país y no la hemos querido usar.

*Comunicación de la Ciencia UNAM-Ensenada

risita@dgdc.unam.mx
 

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