DESDE LA PLAZA SANTO TOMÁS

Lo que sucedió mañana – año 2026 – mes de noviembre - 46

Por: Ricardo Harte*
lunes, 11 de noviembre de 2019 · 00:00

“…Pues demos gracias a la Vida de que existe esta ágora llamada Plaza Santo Tomás, que nos permite dialogar y escucharnos”.

Así había derivado la conversación del grupo en la reunión anterior. Un brindis al diálogo, un homenaje al saber escuchar, al saber mirar.

Un tema que iba llevando a reconocer que las ideologías extremas, de tipo exclusivistas, auto complacientes y arrogantes, se transformaban, indefectiblemente, en posiciones que defendían consignas de verdadera patología social.

Una de las frases que más había penetrado, fue aquella que dijo: “el problema es que si así seguimos, será necesario controlar, neutralizar, explotar y, si fuera necesario hasta eliminar, al 90% de la humanidad, para que el 10% restante pueda continuar disfrutando de sus privilegios”.

Hola, buenos días- saludó la Sra. Elsa, media ciscada aún del aluvión de “dardos irónicos” que sus opiniones “parroquiales” habían suscitado en sus compañeros de tertulias.

Hola Elsa, qué gusto verte!!! ¿Descansaste?
Sí, claro Mercedes. Descansé. Por cierto, he estado pensando que, a lo mejor, debo retirarme de este grupo “conversador”, pues nuestras ideas son muy antagónicas y, a veces, nos ponemos tan vehementes que cualquier palabra de más que surja en el acaloramiento, va a causar distanciamientos insalvables. Y yo no quiero ser la invitada incómoda que cause ese tipo de rupturas.

Don Sebas iba llegando y escuchó las últimas palabras de Doña Elsa y rápido intervino, aún sin terminar se sentarse y con el café en la mano.

Hola, ¿cómo están? Escuché algo de lo que expresó la Sra. Elsa. Yo creo, mi querida Elsa, que lo que acabas de proponer, en cuanto a tu alejamiento, lo ofreces en beneficio de la cohesión y existencia de este grupo “conversatorio” ¿no es cierto?

Hola Don Sebas. Si, lo interpreta usted muy bien. Así es. No quiero ser el arroz prieto.

Pues yo creo, mi querida Sra. Elsa, que si a ti te preocupa la permanencia de este grupo, lo peor que puedes hacer es retirarte. Las disidencias, las diferencias son esenciales en la búsqueda de la verdad. Lo único que puede ser tóxico en esta búsqueda es la sordera, es la necedad y entercamiento de pretender ganar una discusión, por el simple hecho de ganarla. La verdad es un rompecabezas que cada uno de nosotros, en la medida en que haya interés de construir principios y no solamente intereses, tiene una pieza necesaria, útil, verdadera. La verdad está muy repartida. Y la peor de las sorderas es aquella que nace de la eliminación de la duda, aferrarse a principios que no permiten la evolución de las ideas, que defienden creencias fanáticas, extremistas.

Mercedes, al igual que Agustín y el Inge, escuchaban con especial atención y silencio el rápido diálogo que estaban desarrollando Don Sebas y la Sra. Elsa.

Órale mis valedores!!!- logró exclamar Agustín, el historiador- Ni siquiera llegaron a sentarse. Tomen asiento, cálmense. Y podemos continuar con el tema. ¿No les parece? Lo principal, en lo inmediato, es disfrutar de esta caliente, sabrosa y exclusiva taza de café. Y lo que sigue sería que cada quien opine sobre lo que nos ha propuesto nuestra querida Señora Elsa, ¿No creen?

Por supuesto- intervino Mercedes- Del café no tengo nada que opinar, ya que estoy tomando un sabroso te de manzanilla. Y de lo otro, opino que Don Sebas ya lo sintentizó de manera correcta. Si te alejas, mi querida Elsa, por esas razones, nos perjudicas, nos encasillas. No queremos ser un “club de Toby” y caer en la promiscuidad ideológica.

Aaaaamén!!! - exclamó el Inge.
Las carcajadas se oyeron hasta en las copas de los pirules, que se despeinaron con el abrupto huir de bandadas de gorriones, espantados con tanta alegría bullanguera.

La Plaza palpitaba cálida, sin prisas. Llevaba ya varios años de promover el diálogo, el reconocimiento al diferente, a través de sus lugares, de sus eventos, de su existencia.

*Arquitecto nacido en Uruguay y con más de 40 años residiendo en México

ricardoharte@yahoo.com.mx
 

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