DÍA DEL SEÑOR

XXXIII Domingo Tiempo Ordinario Ciclo “C”

Por “Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”
sábado, 16 de noviembre de 2019 · 00:00

(Lc 21, 5-19)

Padre Carlos Poma Henostroza
El Evangelio de hoy nos invita a estar alertas, que estemos siempre preparados. Y sobre nuestra preparación, es recomendable que vivamos cada día como si fuera el último día de nuestra vida. Nos advierte también sobre todas esas falsas doctrinas que contradicen la Sagrada Escritura que se promueven por todos lados, para tratar de hacernos perder la Fe en la única Verdad, que es Jesucristo.

El rechazo que experimentó Jesús lo viven también ahora sus seguidores. La división en el interior mismo de la familia y de la Iglesia, aun así saldremos vencedores. Lo único que nos pide es la perseverancia, la fidelidad, sabiendo que nuestras vidas están en buenas manos.

Es cierto que a veces la persecución puede desanimarnos. Sobre todo esa de que habla hoy el Señor, la persecución de nuestros propios seres queridos, la persecución de los nuestros, de esos que creen también en Jesús y predican como nosotros el amor y la comprensión para todos. Por una causa inconcebible, se volverán contra nosotros, nos mirarán con desprecio disimulado o abierto, nos excluirán.

Hay que reaccionar con serenidad, pensar que Jesucristo ya lo había predicho antes de que ocurriera. Precisamente para que cuando ocurriese permaneciéramos tranquilos, sin responder con la misma moneda de odio y desprecio. El Señor nos defenderá, él nos protegerá y nos librará. Dios no nos olvida. Tan presente nos tiene, que ni un solo cabello de la cabeza caerá sin su consentimiento. Permanezcamos siempre fieles, convencidos que mediante la paciencia ganaremos nuestras almas.

Si perseveramos durante toda nuestra vida en nuestra fe y en nuestra confianza en Dios, Dios nos salvará. La verdad es que en nuestra vida diaria es fácil perderse en las ocupaciones y ajetreos de cada día, olvidando que sólo Dios debe llenar nuestro espíritu, ser el dulce huésped de nuestra alma, la luz y el gozo en el que debemos continuamente vivir.

A la pregunta que le hacen los discípulos a Jesús ¿cuándo va a ser ese final de los tiempos que nos anuncia la palabra de Dios? Ellos querían saber cuándo y cuál iba a ser la señal, para prepararse antes de que llegase. El mismo Jesús, les responde afirmando que antes de que suceda esto acontecerán otras cosas terribles: guerras, terremotos, epidemias, hambre, e incluso perseguirán y encarcelarán a los que sigan el nombre de Cristo. Con ello, Jesús nos advierte que el final de los tiempos no será inmediato. Por tanto, no cabe vivir con angustia, pensando en lo que sucederá al final de los tiempos. Hasta entonces tendremos tiempo para dar testimonio de nuestra fe y que así otros muchos puedan escuchar el mensaje de salvación que nos trae Jesús.

Con nuestra perseverancia ante las dificultades, manteniéndonos firmes en la fe, salvaremos nuestras almas. Tenemos también que orar como si en cualquier momento pudiera llegarnos el final, bien porque nos llegue el día de nuestra muerte, o porque llegue Cristo en su Segunda Venida.

Lo importante no es saber el cómo. Lo importante no es saber el cuándo. Lo importante es estar siempre preparados. Lo importante es vivir cada día como si fuera el último día de nuestra vida en la tierra.

Que Dios en su infinito amor, lo acompañe, bendiga y proteja siempre.

cpomah@yahoo.com
 

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