DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Deshumanización en la enseñanza de la medicina

Por La justicia sobre la fuerza, es la impotencia, la fuerza sin justicia es tiranía
jueves, 21 de noviembre de 2019 · 00:00

Blaise Pascal

Dr. Enrique Sicardi Aragón*
Para todos resulta evidente el gran desarrollo que ha tenido la ciencia médica en todo el mundo. Aun en los lugares más apartados y de difícil acceso, a ellos les llegan los beneficios de este desarrollo.

La atención médica se atiende entre el medio institucional y el privado, este segundo, aunque pequeño, comparado con toda la gran población que son asistidos en las instituciones, no es nada despreciable y llega a ser entre la tercera o cuarta fuerza en pacientes atendidos, solo superado por el IMSS, SSA y probablemente por los ISSSTEs, los cuales se integran con diversas terminaciones.

Los pacientes que son atendidos en el medio privado, son aquellos que hacen sus propios gastos de bolsillo o indirectamente a través de sus empleos, mediante seguros de gastos médicos, y otros que hacen un sacrificio a su economía para recibir un mejor trato y no estar supeditados a lo que esté en condiciones de otorgarles su derechohabiencia institucional.

Por lo tanto, resulta que el grueso de la población es atendida en las instituciones, tanto en primer contacto como en atención hospitalaria. Sabemos que un porcentaje alto de la atención hospitalaria es otorgada por médicos en fase de preparación, llámense: internos de pregrado, pasantes o residentes, todos ellos en alguna fase de su larga, difícil y muchas veces, sacrificada preparación y en las cuales, en sus etapas más básicas, su remuneración económica está muy dispar al trabajo realizado, solo por dar un ejemplo: un médico interno de pregrado que labora de 7:00 a 16:00 horas de lunes a viernes, más una o dos guardias por semana de 24 horas continuas, recibe una remuneración mensual de mil cien pesos, no sé cuánto menos que los “ninis” y los primeros, realizan significativo trabajo en servicios de urgencia, consulta, cirugía, atención de partos, hospitalización, etcéterassss.

Los médicos residentes de postgrado, tienen esas responsabilidades o mayores y muchas veces con horarios aún más cargados y con salarios discretamente superiores, claro, siempre menos que los “ninis” que son los consentidos del sistema, aunque no hagan nada y se les cuida para que no vaya a ser que se depriman, por no hacer nada.

Los médicos de base de dichas instituciones quienes fungen como sus maestros trabajan día a día, además de trasmitirles las buenas guías de prácticas médicas, en compartirles su experiencia y trabajando en reforzar el trato humano para con los pacientes, enseñándoles a escuchar, explorar y que ofrezcan un manejo eficiente y amable.

Por lo general los médicos internos de pregrado casi siempre están sancionados por un médico de base y en los grandes hospitales son acompañados por los residentes y estos en dichas nosocomios, después del primer turno, trabajan casi solos. Bien sabemos que la carga importante de trabajo es el turno matutino; el vespertino, nocturno y fines de semana, prácticamente sin médicos de base. Sin embargo el paciente es el mismo, mañana, tarde, noche o fines de semana.

A los futuros médicos se les enseña en las aulas, eso es teórico, artificioso, lo real está donde el paciente, frente a él, en su cama y es donde los internos y residentes se convierten en la principal fuerza de trabajo de un hospital, se les exige esmero, pulcritud, conocimiento y sobre todo, trabajo físico, por lo que debemos preocuparnos por su bienestar físico, emocional y económico. Es una realidad que en México, eso, se les otorga en forma insuficiente, de mala calidad y cantidad. La supervisión para con los llamados médicos becarios, muchas veces es exiguo, se les exige mucho y se les otorga poco. Su desgaste emocional es alto, el trabajo difícil y muy mal remunerado, la frustración es frecuente, el abandono de su proyecto latente y el suicidio presente, las oportunidades de superación y trabajo, casi ausentes, eso ¡es deshumanización en la enseñanza de la medicina!

Ahora nos enteramos que nuestro actual dirigente, pretende formar médicos en tan solo dos años y multiplicar los egresados, para cubrir las supuestas necesidades médicas del país, ¡Señor!, médicos, tenemos, lo que se necesita es un trato justo acorde al esfuerzo, trato digno y humano. México requiere calidad, no promesas fatuas.

¿Dónde está esa dama, con la mirada cubierta, que enarbola una balanza y una espada?

*Coordinador de Relaciones Públicas del Consejo Nacional de Lactancia Materna A. C.

sicardi53@gmail.com
 

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