DESDE LA BANQUETA

Los bonobos: siempre están contentos

Por Sergio Garín Olache
jueves, 21 de noviembre de 2019 · 00:00

Resumen de un extenso editorial de la revista science con aportaciones de colaboradores especialistas que plantean el origen de la violencia: “Rastreamos la trayectoria de violencia y guerra por toda la historia, con lo que exploramos el racismo, los conflictos étnicos, el surgimiento del terrorismo y el futuro posible de los conflictos armados. También consideramos nuestra innata capacidad para mediar el conflicto y nuestra habilidad para alcanzar, y vivir en, paz”.

En la dispersión misma de la especie humana por todo el globo terrestre, iniciada hace unos 80 mil años en el este de África, encontramos ya conflicto por los terrenos de cacería y recolección, defensa del territorio y pelea entre varones por el acceso a las mujeres, como ocurre en los demás mamíferos. La historia del Génesis se repite una y otra vez: cada nueva generación de jóvenes que ya no logra sustento ni sexo en una región sobreexplotada, es lanzada fuera del paraíso de su infancia para buscar nuevas tierras.

Así tenemos ya el primer gran diseño: el impuesto por las hembras de la especie: si la hembra del pavo real exige las más deslumbrantes plumas, aun a costa de atraer predadores y entorpecer el vuelo para escapar, las humanas exigen combate físico. Así consiguen los mejores genes para su prole futura. Pero no es suficiente, el hombre, además, debe permanecer en casa para defender y alimentar a su familia. En nuestro proceso de hominización, la hembra comienza por perder el ciclo de celo y está sexualmente disponible en todo momento. Eso ata al cavernario. Aparece una novedad humana: el sexo recreativo: ¿“para qué buscar en la calle, lo que ya tienes en casa”? Nuestros ancestros divergieron de chimpancés, y en especial los bonobos; hace unos siete millones de años, nueve de los ancestros del gorila y 14 de los orangutanes”, señala Jared Diamond (Why is sex fun?) “El animal con la más rara vida sexual son los bonobos”. Practica el sexo tres veces al día y no necesita viagra. Siempre está contento.

Del yo, al nosotros Una forma de evitar el conflicto social, sigue el editorial, es expandir el “nosotros”. Una identidad común de grupo transforma los “outsiders” en “insiders” y así provee una forma efectiva de vencer el conflicto. En un juego de futbol, los del Santos conjuntan solidaridad de la zona lagunera contra el Atlas, preferido por tapatíos. Pero un juego de la Selección contra otro país hace a todos “mexicanos”. Algunos a veces entramos en conflicto con diversas lealtades. El fan del Atlas más civilizado, desea que las Chivas le ganen al América. El emperrado desea que pierdan.

“Nuestro interés en el conflicto debe ser, a final de cuentas, facilitar la paz. Hay muchos ejemplos de sociedades vecinas que no se hacen guerra unas a otras, y parecen haberlo conseguido al expandir el nosotros”. El mejor ejemplo contemporáneo es la Unión Europea: los términos despectivos quedan subsumidos en un amplio “somos europeos”.

“Esperamos que entender cómo las sociedades humanas superan las diferencias y se desarrollan en relaciones pacíficas, ayudará a trazar la carta de un camino hacia un futuro menos violento”.

Entre las colaboraciones destaca: Raíces del racismo, de Elizabeth Culotta (gulp…), que comienza por señalar algo bien sabido: los humanos de todas partes y de todas las épocas han dividido el mundo entre “nosotros” y “ellos”: griegos y bárbaros, aztecas y chichimecas, fifís y chairos. Comienza Culotta con un ejemplo que dio origen a la más maravillosa novela neoyorkina que conozca: “Está usted solo en un callejón oscuro, avanzada la noche. De pronto un hombre sale de un portal. Si usted es el típico americano blanco y el otro es joven, hombre y negro, en pocas décimas de segundo usted sentirá un escalofrío de miedo en cuanto su cerebro haya hecho la categorización automática. Su corazón late más rápido y su cuerpo se tensa”.

Es la típica reacción que en inglés resulta más descriptiva: fight or flight. Pelea o escapa. Torrentes de adrenalina haciendo su trabajo con millones de años detrás. La gran novela es de Tom Wolfe: La hoguera de las vanidades.

Parsing Terrorism: ¿Es el terrorismo una forma de altruismo en la que estoy dispuesto a morir por los míos? Terrorism’s Long Trail, The Battle Over Violence: “Es una paradoja, dice Azar Gat, historiador militar de la Universidad de Tel Aviv: “la mortalidad fue más alta antes de que el Estado apareciera”. Mayor que en el sangriento siglo XX con sus guerras mundiales y varios genocidios. El buen salvaje de Rousseau es un mito: Civilization’s Double-Edged Sword, Fighting Rituals. No podía faltar Gender and Violence: a mayor opresión de la mujer en un Estado, mayores tasas de prisioneros políticos, asesinatos y desapariciones forzadas de personas. Con una pregunta en apariencia ajena: ¿Piensas que ir a la escuela es más importante para un niño que para una niña?, se puede predecir la postura de una persona respecto del conflicto árabe-israelí.

No nos gustan los extraños y tenemos una larga historia evolutiva en apoyo de ese temor inmediato. Es bueno saberlo, no para justificar el rechazo al diferente, sino para dominar el miedo.
 

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