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BAJO PALABRA

viernes, 22 de noviembre de 2019 · 00:00

Asimetrías

(Testimonio personal)

Hadassa Ceniceros
En la larga y difícil batalla que las pacientes oncológicas libran a partir de su diagnóstico y una vez iniciado su tratamiento, se encuentran hoy día con las limitaciones materiales que hace algún tiempo padece el Issstecali por una parte, y por otra, con políticas insensibles y hasta absurdas en lo que respecta a su rehabilitación.

Sobra decir aquí que un diagnóstico de cáncer de mama es en sí mismo un golpe emocional y físico para la paciente y su entorno inmediato. Independientemente de la fase en que el mal se detecte, una noticia así implicará de manera invariable o casi, encontrarse sumergida en una serie de medidas médicas para buscar su alivio.

Casi seguro es la necesidad de la extirpación de la mama afectada, lo que se entiende por mastectomía y a partir de los resultados fisiopatológicos se iniciará tratamientos de quimioterapia y, o radioterapia.

La paciente se mira así invadida y agredida por maniobras externas destinadas a mejorar su estado médico.

El proceso es de distinta variación en tiempo, pero indudablemente significa enfrentar de manera irremediable estados de malestares físicos y emocionales dependiendo mucho del apoyo familiar y de la empatía con la que su médico y la institución la atiendan.

Llegado el momento feliz de un proceso efectivo, la paciente requiere de la reconstrucción de su cuerpo, buscando la rehabilitación integral para continuar con su vida de manera normal o casi.

Las políticas administrativas de la mencionada institución de asistencia social, no autorizan la reconstrucción por parte del especialista más que de la parte intervenida, desatendiendo que una rehabilitación implica la simetría de la parte contralateral. Esta decisión deja a la paciente indefensa y desprotegida en su proceso de salud. Se aduce a razones fiscales o contables.

Por otra parte, la paciente queda abandonada en los trámites y gestiones para hacer valer su derecho a la atención que implica su reconstrucción mamaria. Después de haberse sometido por meses a los efectos de la quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, después de haber sido mutilada en su cuerpo, dejan a ella la tarea de fundamentar, argumentar y pelear por ser atendida de manera integral. A la paciente que es la asegurada, le han descontado durante muchos años las cuotas correspondientes a los servicios de Issstecali, así que es un derecho más que solventado económicamente.

Mucho hay que hacer a fin de que los programas médicos, en este caso, oncológicos, culminen con la reinserción de la paciente a su vida cotidiana después de haber salido victoriosa en una batalla cruel y dolorosa.

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